Pope Francis
El Papa Francisco encabezó sus primeras celebraciones del Domingo de Resurrección en marzo de 2013 con miles de personas en la Plaza de San Pedro para una misa que marcaba el día más sagrado del calendario cristiano. (Foto de Alberto PIZZOLI / AFP)

Las 9 claves del legado del Papa Francisco

Aunque era un pastor amable y se centraba en la espiritualidad, el Papa también jugaba a la alta política para mantener su legado.

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Cuando Jorge Mario Bergoglio fue elegido papa el 13 de marzo de 2013, pocos imaginaron el calado de su impacto. Primer pontífice latinoamericano, primer jesuita en asumir el cargo y primer Francisco en la historia de la Iglesia, su figura pronto se convirtió en sinónimo de cercanía, sencillez y compromiso con los excluidos. Pero su legado va mucho más allá del estilo. Durante más de una década, el papa Francisco transformó el modo en que la Iglesia se presenta ante el mundo, reformó estructuras internas y se consolidó como una de las voces morales más influyentes del siglo XXI.

Estas son las nueve claves que marcarán su legado.

1. Una apertura pastoral en temas sensibles

Francisco no cambió la doctrina católica sobre temas como el aborto o la homosexualidad, pero sí cambió el enfoque. “¿Quién soy yo para juzgar?”, dijo en 2013, refiriéndose a los homosexuales que buscan a Dios. Esta frase resumió su deseo de una Iglesia que acompaña en lugar de condenar.

En lugar de hacer de estos temas su bandera, prefirió centrar su mensaje en la misericordia, la dignidad humana y el encuentro. En 2016, extendió a todos los sacerdotes la potestad de absolver el pecado del aborto, un gesto que privilegia el perdón por encima del castigo. Fue un cambio de tono, más que de contenido.

2. La mujer en el centro: pasos concretos sin tocar el altar

Aunque el papa Francisco mantuvo la postura tradicional de no permitir el sacerdocio femenino, su pontificado dio pasos inéditos en la inclusión de mujeres en cargos de responsabilidad dentro del Vaticano.

Nombró a la religiosa francesa Nathalie Becquart como subsecretaria del Sínodo de los Obispos (la primera mujer con derecho a voto en ese ámbito), y a Francesca Di Giovanni como alta funcionaria en la Secretaría de Estado. También abrió el ministerio del lectorado y el acolitado a mujeres, algo que no se permitía hasta entonces.

Si bien el altar sigue siendo terreno vedado, Francisco colocó a la mujer en el corazón de los procesos eclesiales, en especial en el actual camino sinodal.

3. Lucha contra los abusos: de la negación a la acción institucional

El escándalo de abusos sexuales sacudió a la Iglesia en las últimas décadas. Francisco lo enfrentó con una mezcla de reacciones iniciales fallidas y correcciones firmes.

En Chile, su defensa del obispo Juan Barros —acusado de encubrimiento— provocó indignación. Pero luego pidió perdón y aceptó la renuncia de toda la jerarquía chilena. En 2019, emitió Vos estis lux mundi, una norma que obliga a denunciar abusos, incluso por parte de obispos, y permite el involucramiento de laicos en las investigaciones.

También excomulgó a figuras poderosas como el cardenal estadounidense Theodore McCarrick. Instaló un sistema más transparente y activo, aunque aún enfrenta desafíos estructurales.

4. Un estratega de poder: cambió la composición del Colegio Cardenalicio

Francisco comprendió que para dejar un legado duradero debía transformar la arquitectura del poder eclesial. Nombró más de dos tercios del actual Colegio Cardenalicio, es decir, la mayoría de los cardenales que elegirán al próximo papa.

Sus nombramientos privilegian a pastores provenientes del sur global, de diócesis periféricas, y con un estilo pastoral más que doctrinal. Redujo el peso de Europa y de los sectores conservadores. Con ello, sembró las bases para una continuidad de su visión eclesial, más cercana a las “periferias” que al centro.

5. El papa de la periferia y del sur global

Francisco habló desde el sur del mundo. Elevó la voz de los pueblos originarios, defendió a los migrantes, denunció la economía del descarte y visitó lugares olvidados por el poder, como Lampedusa, la frontera entre México y EE. UU., y zonas de guerra como Sudán del Sur.

Reforzó el papel de América Latina como fuente de renovación espiritual y social. Su compromiso con los excluidos fue más que simbólico: fue una constante en su teología del pueblo y en su estilo de gobierno.

6. Un líder moral frente a las crisis del mundo

En tiempos de desconfianza hacia los líderes políticos, Francisco se consolidó como una de las voces morales más respetadas del planeta. Su encíclica Laudato si’ (2015) sobre el cuidado de la Casa Común fue pionera al abordar la crisis ecológica desde una perspectiva ética, espiritual y económica.

También escribió Fratelli tutti (2020), una reflexión sobre la fraternidad humana y la necesidad de reconstruir la política desde el bien común. Ha participado en foros internacionales, como la ONU y el G7, denunciando la desigualdad, el armamentismo y el populismo autoritario.

7. La reforma de la Curia: transparencia y misión

Con la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium (2022), Francisco reestructuró la Curia Romana. Dio prioridad a la evangelización sobre la doctrina, simplificó dicasterios (ministerios vaticanos), y permitió que laicos y mujeres dirijan organismos clave.

También impulsó reformas financieras luego de varios escándalos, con auditorías externas y juicios públicos, como el del cardenal Becciu. Aunque no todos los cambios han sido plenamente efectivos, Francisco rompió la inercia institucional del Vaticano.

8. El impulso de una Iglesia sinodal

Para Francisco, la Iglesia no debe ser una pirámide sino un “santo pueblo fiel de Dios”. Por eso, promovió un modelo sinodal, donde todos —laicos, religiosos, obispos— caminen juntos, se escuchen y disciernan en comunidad.

El proceso sinodal iniciado en 2021, aún en curso, ha convocado a millones de personas en todo el mundo. Es una apuesta por una Iglesia menos clerical, más participativa y más humilde. Aunque sus frutos aún están por verse, es uno de los signos más claros de su deseo de cambio estructural.

9. Un pontífice que no esquivó la crítica

Francisco ha sido blanco de fuertes ataques, especialmente desde sectores conservadores de Estados Unidos y Europa. Fue acusado de ambigüedad doctrinal, de populismo e incluso de herejía. Sin embargo, nunca respondió con dureza.

Por el contrario, defendió el derecho a criticar al papa —“prefiero una Iglesia herida por discusiones que enferma por encierro”— y no temió reconocer errores personales. Su liderazgo se caracterizó por la humildad, pero también por una firmeza serena.

Un legado abierto

El papa Francisco ha sido muchas cosas: pastor, reformador, político, líder global y testigo de fe. Su legado está en construcción, y su sucesor, elegido por un colegio de cardenales moldeado por él, tendrá la difícil tarea de continuarlo o redefinirlo.

Pero una cosa es segura: Jorge Mario Bergoglio dejó una huella profunda en la historia de la Iglesia y en el corazón de millones de fieles que, desde las periferias del mundo, vieron en él a un papa que hablaba su lengua, compartía su dolor y soñaba con una Iglesia más humana.