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Wooden Shoe es una librería que encierra una atmósfera distinta a la de otros establecimientos dedicados a la venta de libros, aquí el enfoque es colaborativo y político. La librería está ubicada en el 704 South Street.  Foto Archivo Particular.
Wooden Shoe es una librería que encierra una atmósfera distinta a la de otros establecimientos dedicados a la venta de libros, aquí el enfoque es colaborativo y político. La librería está ubicada en el 704 South Street.  Foto: Mónica Marie Zorrilla

Wooden Shoe books: El zapato anarquista de Filadelfia

Dejando atrás una pizarra en la que se lee a un lado “Entre y lea un buen libro” y “¡No sea estúpido!” en el otro, me encuentro con un poster viejo y andrajoso…

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Entre homenajes a trabajadores de la ciudad y reliquias pertenecientes a Voltaire de Cleyre, hay un mapa de Estados Unidos bombardeado con chinchetas naranjas que indican donde puede usted encontrar un espacio organizativo para la comunidad.  

Avanzando un poco más en el interior de esta tienda más parecida a una madriguera de conejos punk se expone un baturrillo de copas menstruales, vinilos antiguos a $1, postales en beneficio de los refugiados sirios y un póster que promueve con orgullo un evento pasado con un título la mar de convencional: “Science Friction: Bicycle Porno Cinema (Ciencia Fricción: Cine Porno para Bicicletas)”. 

Gestionado de manera exclusiva y colectiva por un grupo de voluntarios concienciados política y socialmente liberales, la Wooden Shoe Books & Records lleva radicalizando el escenario librero de Filadelfia desde 1976. Escondida entre la 7th y South Street, el stock de The Shoe va mucho más allá de literatura que exponga sus valores anarquistas. 

En su simple página web, The Shoe se autodefine como una “infoshop” (info-tienda), donde puede encontrarse una buena colección de obras no canónicas que probablemente estén prohibidas en su colegio católico privado y que su Barnes & Noble más cercana rechaza tener en sus estanterías. En la sección de Estudios Nativos/Indígenas Americanos hay una multitud de libros con las cubiertas traseras raídas, libros sobre  Semio-Escritura/Autonomedia, Palestina, Situacionismo, Feminismo, Ciencias Laborales, Imperialismo, el Complejo de la Prisión Industrial, el movimiento Okupa, Vida sostenible, Discapacidades y, por supuesto, Anarquismo. 

Para asegurarse de que los jóvenes curiosos y padres punkies también se sientan incluidos, la sección infantil y adolescente de The Shoe está bien prevista de ejemplares ilustrados que contienen  visiones futuristas de la Tercera Guerra Mundial, o  títulos como  Being Jazz: My Life as a Transgender Teen, o I Am Malala, a c*** coloring book (en sus palabras, no las mías),  The Big Gay Alphabet, A is for Activist, un libro de lectura para estudiantes de quinto grado inspirado en The Trail of Tears, y por supuesto, ejemplares de The Lorax , de Dr. Seuss.

A pesar de que The Shoe se opone y reta el capitalismo, la opresión y otras opciones un-éticas, también tiene (irónicamente) la certificación 501C3 del gobierno de EEUU que la reconoce como organización sin ánimo de lucro. El hecho de haber conseguido amoldar  sus peculiaridades en el marco legal de una ong le permite asegurar su supervivencia en el mercado y cumplir con su misión corporativa: “ser un recurso de empoderamiento para el activismo, la organización colectiva, el arte, la auto-educación, la creación de comunidad, y la lucha anti-capitalista”.

Más allá de los paquetes de Café Zapatista, una marca de café en grano cuya venta se destina a beneficiar las escuelas de las comunidades zapatistas mexicano-mayas, del aceite de oliva producido por una cooperativa de mujeres palestinas, de las camisetas con el estampado “Cat’s Against Catcalling” en apoyo al grupo feminista de Filadelfia Pussy Division, y de los ejemplares gratuitos del periódico anarquista local Anathema, la tienda ofrece voluntariamente  su tiempo y espacio para que organizaciones y conferenciantes den charlas y talleres. 

Acatando los principios de The Shoe, estas organizaciones y conferenciantes deben “reconocer el privilegio de estar allí, y se comprometen a discutir y a retar todos los sistemas de opresión, incluyendo, pero no limitándose exclusivamente, temas como el racismo, sexismo, clasismo, heterosexismo, o la discriminación contra discapacitados o por cuestiones de edad.” Todo esto se manifiesta en la organización de actividades diversas como lecturas de poesía, debates educacionales, encuentros semanales en el sótano de la entidad, talleres, firmas de libros y conciertos de rock. 

En línea con la tendencia del local a huir del capitalismo, The Shoe permite a sus socios sentarse en el suelo de la tienda y leer libros sin necesidad de comprarlos, ofrece una computadora para uso público y tiene un buzón de donativos con el siguiente mensaje colocado encima: “Wooden Shoe siempre apoyará cualquier mierda gratis donada para aquellas personas sin derechos, en situación de riesgo o sin hogar, que la necesiten.”

Hace poco, The Shoe organizó una charla protagonizada por el escritor y historiador local Matt N.Lyons, centrada en el Anti-Fascismo y la necesidad de desenmascarar a la “Derecha Alternativa” y exponer a los partidos blancos nacionalistas y supremacistas. El acto político de Lyon tuvo tanta afluencia de público que varios agentes de la policía de Filadelfia se desplazaron hasta la tienda, por miedo a que estallara alguna protesta violenta, me confiesa una fuente que ha preferido permanecer anónima.  

 Visto todo esto, ¿quién exactamente decide dedicar de forma voluntaria su tiempo a gestionar una tienda y representar a un colectivo que no hace prácticamente ningún beneficio para su bolsillo particular? 

El pasado sábado, -un día demasiado caluroso para esta época del año, por cierto - John y David Otter se sentaron detrás de la caja. Vestidos con vaqueros oscuros desgastados, parches de camuflaje y cadenas, luciendo peinados “a lo casco” al estilo de los años 70 y pendientes colgantes de cristal en las orejas, los dos hombres explicaron efusivamente su experiencia como voluntarios en esta entidad gestionada democrática y colectivamente.

 John cuenta que The Shoe consigue su disparatado inventario de “organizaciones, grupos radicales, cooperativas que se corresponden con el arquetipo de activistas - como por ejemplo AK Press- que ofrece una mirada crítica y diferente de la política.” 

Otter interrumpe para comentar que ser voluntario “puede ser muy divertido. Puedes tener un 20% de descuento, no pagar tantos impuestos, consigues los mejores sitios y lecturas de poesía, puedes vender tus revistas o panfletos… Pero también se trata de creer en una foto más grande, en la diseminación de conocimiento, y en la manera en que The Shoe añade valor y un lugar en el camino hacia el anarquismo y el antifascismo. 

Otter acaba de regresar de una estancia de un mes en una tienda de campaña para dar apoyo al movimiento #NoDAPL, en contra del polémico oleducto de Dakota.  Estuvo en compañía de un grupo de activistas que luchan para la preservación del agua y otros manifestantes que “definitivamente, no estaban pagados por George Soros”, comenta.

“Ha sido un tiempo muy productivo. Mira, The Shoe ofrece un espacio para radicalizar el cambio a nivel local. No suena tan glamuroso cómo conseguir que Trump sea destituido, o detener la construcción del oleoducto de turno, pero es aquí [desde la comunidad] donde podemos conseguir mayor impacto. Es difícil acordarse de esto, lo más cool en el mundo del activismo es jugar el papel de David contra Goliath, pero probablemente no sea el enfoque que debamos tomar”.