La MLB se apunta un ‘home run’ en su camino a la diversidad con nuevos fichajes de umpires Latinos
El mexicano Alfonso Márquez se convierte en el primer jefe de árbitros latinoamericano y Ramón De Jesús en el árbitro dominicano pionero en la Gran Carpa.
Se avecinan aires de cambio en las Grandes Ligas de Béisbol y aunque ser árbitro debería ser considerado una profesión de riesgo -levantan grandes odios pero pocos aplausos- la MLB acaba de anunciar que su cuadro de “policías del campo de juego” tiene nuevas y más diversas incorporaciones.
Alfonso Márquez (47), nacido en Zacatecas, llegó a los grandes estadios en 1999 y desde entonces su carrera ha sido meteórica: Con tres Series Mundial en su haber, se ha convertido en el primer mexicano en convertirse en jefe de umpires, uniéndose al ya fallecido Jim McKean, natural de Canadá, como los dos extranjeros en ostentar este cargo.
También el dominicano Ramón De Jesús (36), que fue árbitro de las Ligas Menores desde 2009 y comenzó a trabajar en los entrenamientos de primavera de las Grandes Ligas hace cuatro años, será umpire a tiempo completo. Dos nombramientos que muestran los esfuerzos de la organización por ampliar el plantel de profesionales pertenecientes a minorías raciales.
Como el afroamericano Kerwin Danley (58), que de acuerdo a MLB, será la primera persona de raza negra en dirigir un equipo de árbitros, y eso teniendo en cuenta que, reportaba AP, solo hay una decena de umpires racializados oficiando los partidos de las Grandes Ligas.
Danley, por cierto, es un fuera de serie en su ámbito. Su carrera de arbitraje en las Ligas Mayores empezó en 1992 y ha arbitrado para las Series Mundiales de 2008 y 2018; también jugó en la universidad y fue nombrado miembro del equipo All-American en 1983.
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Tal vez no le suene su nombre a menos que sea un forofo del béisbol, pero fue el primer árbitro negro que en 1966 empezó a oficiar partidos en las Grandes Ligas, allanando el camino al resto.
Sin embargo, sus comienzos, como ya puede imaginar, no fueron nada fáciles…
“Tuve problemas para entrar en el estadio”, declaró en una entrevista de 1977. Al parecer, el Servicio Secreto había aumentado la seguridad porque el vicepresidente Hubert Humphrey iba a lanzar la primera bola. Cuando Ashford llegó al campo y se presentó como árbitro, la respuesta fue: “Lo siento, no hay árbitros negros en las Grandes Ligas”. Su réplica no se hizo esperar: “Bueno -dijo-, habrá un árbitro negro si me dejas entrar”.
También afirmó estar orgulloso de haber arbitrado en las Ligas Mayores no porque hubiera sido el primer afroamericano en hacerlo, sino por pertenecer a un grupo “muy selectos de hombres”.
“La mayor satisfacción que he obtenido es la sensación de que he conseguido lo que me propuse cuando todos me dijeron que no se podía hacer”, concluyó.
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