El Equipo Femenino Nacional de fútbol de los Estados Unidos acaba de ganar la Copa Mundial de Fútbol Femenino de la FIFA, en su primera victoria back-to-back y en su 4ta oportunidad. 

También han obtenido anteriormente el 3er lugar en 3 ocasiones distintas y el 2do lugar en una de ellas, lo que significa que han logrado llegar al top 3 en cada uno de los torneos desde que la Copa Mundial Femenina existe. 

¿Su contraparte masculina? Bueno, ellos solo han llegado a obtener el 3er lugar en una sola ocasión, lo que también es genial. Sin embargo, cuando llega el día de pago, la situación es muy distinta. 

El pay gap (diferencia salarial) entre mujeres y hombres en Estados Unidos tiene un promedio, según datos del U.S. Census Bureau, de alrededor del 19.3%, es decir, una mujer que trabaja a tiempo completo, todo el año, logra ganar más o menos el 80.7% de lo que gana un hombre que hace el mismo trabajo. Nótese que este promedio puede variar dependiendo del lugar en el que se viva dentro del país.

Pero en el mundo del fútbol, este gap se eleva mucho más; viendo las mujeres sus potenciales ganancias –a lo largo de un campeonato FIFA– reducidas a los márgenes del 24% de lo que el equipo masculino puede ganar si se titula campeón. 

Para muestra un botón: la FIFA ofreció $400 millones de dólares como premio total para el campeonato masculino en su última copa celebrada en Rusia apenas el año pasado. El dinero disponible para las mujeres en el torneo de este año es de tan solo $30 millones. Ni hablar de la diferencia salarial.

Así que sí, esto se trata de mujeres ganadoras, pero también de mujeres ganadoras que no son reconocidas monetariamente por ello. Por lo menos, no de la misma manera que los hombres. No dentro de la Federación Estadounidense de Fútbol, no dentro de la FIFA.

No es sorpresa entonces que las 28 miembros del Equipo Femenino Nacional de Fútbol estadounidense introdujeran una demanda contra la Federación de Fútbol de los Estados Unidos por discriminación de género, y lo hicieran en el Día Internacional de la Mujer este año. 

Tampoco es sorpresa que se pudiera escuchar a la muchedumbre gritando “equal pay” en el estadio francés después de la victoria del equipo americano. 

Alex Morgan y Megan Rapinoe, miembros del equipo, sintieron que la Federación de Fútbol estadounidense tenía la oportunidad de tomar “una posición increíblemente fuerte” en cuanto se refería al tema de la paga igualitaria, y como equipo, acordaron empezar negociaciones luego de que terminara el Campeonato Mundial. 

Y con Rapinoe generando titulares después de su famosa frase acerca de no querer asistir a la Casa Blanca si ganaban, no son solo las mujeres, sino las mujeres gay quienes están llevando al siguiente nivel la lucha por lo que creen ser justo, probando que de hecho lo merecen sin cuestionamiento. 

Algo que a muchas personas puede no gustarle. 

Pero si las mujeres y la comunidad LGBTQ+ han sido en algún momento consideradas minorías, entonces son las minorías las que están cambiando el mundo un día a la vez, y los demás deberíamos seguir sus pasos.