No habría Premio Nobel de Literatura este año, al menos no el oficial que estaba previsto anunciarse en octubre. Quedó suspendido hasta 2019 y se entregaría con el correspondiente a ese año.  El ya indetenible movimiento contra el acoso y el abuso sexual, liderado por mujeres y abanderado de forma muy visible por el #Metoo, había llegado a la Academia Sueca de los Nobel, hasta el punto de obligar a la suspensión del premio, en mayo pasado. 

El premio solo se había suspendido una vez, tras la Segunda Guerra Mundial, como recuerda Karina Sainz en el periódico español Voz Populi. La denuncia de 18 mujeres contra Jean Claude-Arnauld --muy vinculado a la Academia-- por violencia sexual y hostigamiento obligó a la Academia a la suspensión. A Arnauld lo acusaron de violación en junio. Es reconocido en el mundo cultural, además de ser marido de una académica. Apenas el mes anterior, Sara Danis, la secretaria permanente de la Academia Sueca, precisamente la primera mujer en ostentar ese cargo, había dimitido a causa del escándalo, junto con seis miembros más, incluida la esposa de Arnauld.

Pero sí habrá premio, uno alternativo. Más de cien periodistas, escritores, artistas, periodistas, guionistas, traductores, abogados y otras figuras de la cultura en Suecia decidieron lanzar su propio premio nobel—y temporal—,  que también anunciarán en otoño, el 14 de octubre. Para ello crearon la New Academy, una organización sin fines de lucro, según su manifiesto, que trabajará en la misma línea del premio oficial de la Academia Sueca, con cinco comités, y que se disolverá el 11 de diciembre, después de la ceremonia de entrega.

La academia alternativa, dice el manifiesto, también se creó “como un recordatorio de que la literatura debería estar asociada a la democracia, la apertura, la apertura y el respeto”.

“En un tiempo en el que los valores humanos están siendo cuestionados de forma creciente, la literatura se convierte en un contrapeso a la opresión y a los códigos de silencio. Es más importante que nunca que se otorgue el premio literario más grande del mundo”, añade el comunicado.

La periodista y presentadora de televisión Alexandra Pascalidou es una de las impulsoras de la iniciativa. Recientemente contó al medio The Local que decidió llamar a toda esta gente para crear la organización apenas supo que la academia no entregaría el premio este año. “¿Qué estaba haciendo la Academia Sueca que ni siquiera podían cumplir con su trabajo? Esa fue la última evidencia que necesitábamos para salvar el premio, hacerlo con nuevas fuerzas conjuntas y demostrarle que no solo es posible hacer algo sino que es necesario”.

La votación para este premio empieza por ser pública y cierra el próximo 14 de agosto. Los nominados están en una lista de mayoría femenina. Son 46 escritores que escogieron varios bibliotecarios de Suecia, y en las postulaciones se cuentan al menos 30 mujeres. Entre ellas, Siri Hudsvet, Joyce Carol Oates, Jamaica Kinkaid, Margaret Atwood, JK Rowling, Patti Smith, Zadie Smith, Ngozi Adichie Chimananda, Maryse Condé, Anne Carson, Elena Ferrante, Arundhati Roy. Y otros nombres que siempre suenan, como Paul Auster, Cormac McCarthy, Haruki Murakami —un fijo de las quinielas—, Thomas Pynchon, Ian Mc Ewan, Don DeLillo.

En la lista no hay ningún latinoamericano. Hay un número considerable de estadounidenses, suecos y británicos.

Los criterios para valorar a los nominados y escoger al ganador pasan porque el autor haya narrado en su obra de ficción "la historia de la humanidad en el mundo". Del voto popular saldrán tres escritores para que el jurado tome la decisión final y un cuarto autor saldrá de las nominaciones de los bibliotecarios.

La dotación del premio será de un millón de coronas suecas (113,900 dólares al cambio actual). El año pasado la Fundación Nobel había anunciado el aumento de 12% de la dotación del premio oficial, a 8 millones de coronas, ahora equivalentes a 911,600 dólares.

El Premio Nobel de Literatura había sido la diana de críticas. Su reputación ha estado cuestionada por haber otorgado, por ejemplo, el premio a Bob Dylan en 2016. “Persisten aún algunas dudas sobre quién y por qué se eligen unos y no otros”, escribe Sainz.

“La Academia, un cenáculo cerrado cuyas doctas deliberaciones se mantienen en secreto durante medio siglo, situada bajo el alto patronazgo del rey Carlos XVI Gustavo, está cada vez más vista como una institución rancia”, añade una nota de AFP, para la que también entrevistaron a Alexandra Pascalidou, quien les dijo que el objetivo de la Nueva Academia es “crear algo abierto e inclusivo, que permita a la gente expresarse”.

En la nota también aparece citada jefa de la sección de Cultura del periódico sueco Aftonbladet, Asa Linderborg, quien critica este premio alternativo y opina que la votación abierta al público  “solo conseguirá llevar a lo más alto la literatura previsible, occidental, mientras que el Nobel tradicional se precia de ser más selecto".