La alternativa a la cuarentena que propone un conocido escritor colombiano
El escritor Fernando Vallejo critica la histeria que se está viviendo y llama “engañatontos” a los científicos.
El prestigioso escritor colombiano, Fernando Vallejo, está harto de la jerga de los medios en tiempos de pandemia. “¿Que quieren decir con “casos” los que llevan la cuenta?”, escribe en una columna en El Espectador, donde arremete contra todo, en especial contra la histeria que invadido las calles, un pánico que, según Vallejo, viene desde arriba, de políticos y epidemiólogos -”las estrellas del momento” y también “las alimañas más dañinas”, los llama- que pretenden paralizar un país y, por extensión, al mundo cuando esa no es la solución.
“Son los estafadores y engañatontos de la ciencia que se suman a los de la política, la religión, la banca, etcétera, etcétera. La humanidad estafadora y oportunista pues, con su deshonestidad esencial”, dice.
El polémico autor, cuyas arremetidas contra el poder -y contra cualquier cosa, dicen sus críticos- son muy conocidas, parece haber dado esta vez en la diana, tal vez no en la forma, golpeando con su pluma a los profesionales de la salud, pero sí en el fondo.
Según Vallejo, los datos sobre el número de infectados en países como Estados Unidos o Colombia no son fiables, no al menos para tomar una determinación gravísima: declarar la cuarentena y paralizar sus países.
“¿Es que el doctor Anthony Fauci, el director del Instituto de Alergia y Enfermedades Infecciosas de los Estados Unidos que se ha convertido en la estrella del día lo sabe? A ese, colega del descubridor del dizque virus del sida Robert Gallo, ya desenmascarado como un sinvergüenza, lo estoy siguiendo desde hace décadas”, golpea con una prosa furiosa.
Lo que propone el escritor es sencillamente lo que se hizo en países como Corea del Sur, un ejemplo en la contención de los contagios y su control: realizar tests a todas las personas para poder contabilizar bien la magnitud de la tragedia.
“Si dan diez infectados, o sea diez portadores sanos, que levante la cuarentena pasado mañana porque en cuatro o cinco días alcanzaremos a Lombardía y a Nueva York”, escribe.
Los pacientes asintomáticos, sin síntomas pero portadores del virus, no están siendo diagnosticados. Su ratio de contagio a otras personas es alto, aseguran los científicos.
De hecho, China, que fue epicentro de la pandemia pero ya no registra casos -la forma en que lo hizo es aparte-, ha levantado las restricciones de movilidad en el país pero el miedo ahora es que esos ciudadanos sin síntomas puedan diseminar de nuevo el virus y están informando del número de ellos: unos 40.000. A estos se les ha obligado a hacer una cuarentena de 14 días; mientras, el resto de residentes en el gigantes asiático vuelven a la “normalidad”.
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En tanto Vallejo se siente como “Urbito el repatriado, encarcelado en su residencia”, sus críticos lo han tachado de “irresponsable”.
En un comentario sobre su columna, el periodista colombiano Néstor Morales dijo del escritor que “con tal de llevar la contraria, es capaz, inclusive, de atacar al cuerpo médico, que pocas personas en el mundo lo hacen”. También Felipe Zulueta, periodista en el mismo medio, acusó a Vallejo de ser “un gran provocador” e “irresponsable.
“No se puede animar a muchas personas a salir de casa, a creer que esta no es la medida, y tendríamos unas consecuencias muy duras”, tercia el escritor y periodista Alberto Linero. “Que mire hacia España y se dé cuenta de si esto no es evidente”.
Algunos medios españoles, conscientes de que estaban sembrando el pánico entre la población, han empezado también a reportar los casos de curación. Si bien en España el número de infectados ascendía en el día de ayer a 110.238 y había 10.003 muertos, al menos 27.000 personas fueron dadas de alta y la curva de contagios parece haberse estabilizado. Mientras que en Estados Unidos, el número de positivos por Covid-19 es de 240.511 (por supuesto, en un país de en torno a 327 millones de personas y no de 46 millones, como España), los muertos a su vez ya suman 5.808, pero hay más de 10.300 enfermos que han salido del hospital.
La diferencia entre ambos países, a los que citan tanto Vallejo como sus críticos, es que mientras Estados Unidos ha dado luz verde a un test de detección rápida que empezará a usarse en centros de salud y otros puntos calientes, en España todavía están a vueltas con los test, que acaban de llegar de China después de que una primera remesa resultase defectuosa. El problema, por otra parte, es el mismo que mencionaba Vallejo en su explosiva columna:
Si los test sólo sirven para detectar el virus pasados unos días de su infección -en el caso de España, cinco o seis- y sólo se realizan a las personas con síntomas. ¿Cómo pueden hablar de “casos”? ¿Cuántas personas tienen el coronavirus sin saberlo e interactúan con su familia, sacan a pasear a sus perros o compran tal vez sin el uso de mascarillas pensando que no ocurre nada?
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