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Una mona de chocolate de la Pastelería Benages, en Castellón, España. Foto: Facebook
Una mona de chocolate de la Pastelería Benages, en Castellón, España. Foto: Facebook

¡No se coma mi Mona!

Se acerca la Semana Santa, una fecha señalada para cualquier latino, sea católico o no. Cada país mantiene sus costumbres y tradiciones gastronómicas, siendo…

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Tengo un recuerdo difuso de mis vacaciones infantiles de Semana Santa. Al depender del calendario lunar (cuyo funcionamiento sigue siendo un misterio para mi), recuerdo alguna Semana Santa esquiando con mis primos en los Pirineos, y otras buscando huevos de chocolate por el jardín, en mangas de camisa, el domingo de Pascua. Mi abuela los escondía debajo de plantas y macetas  y nos los encontrábamos totalmente deshechos. En teoría teníamos que esperar a después del almuerzo para comernos los huevos, pero - para desgracia de nuestros padres- nos sentábamos a la mesa empachados, y con la cara y la ropa manchada de chocolate. 

 Ni esquiar ni buscar huevos de chocolate por el jardín son tradiciones típicas de la Semana Santa en Barcelona. Lo típico, en Barcelona y en el resto de España, especialmente en la costa mediterránea, es que los niños reciban una palma de su madrina el día de Ramos – que luego tocaba ir a bendecir a misa – y el domingo siguiente, domingo de Pascua, o de Resurrección que el padrino les regale lo que llamamos la “Mona”, un pastel rematado con una figura de chocolate negro.

La Mona, sin duda, es lo mejor de la Semana Santa, tanto para los niños, como para los pasteleros, que se enzarzan en una competición por ver quién diseña la Mona más original. En los escaparates de las pastelerías se ven estos días auténticas obras de arte de reporstería: he visto “monas” con forma de balones de futbol, de zapatillas de Messi, de palacio de Frozen, con el escudo del Barça, de cerdito valiente, de un personaje de Dragon Ball Z… Este año, en Barcelona, incluso se ven monas de Pascua con forma de las urnas utilizadas en el polémico referéndum de independencia del pasado 1 de octubre (1-O), que el gobierno español intentó evitar a toda costa, por considerarlo ilegal. Las urnas, fabricadas en China, estuvieron escondidas en casas de voluntarios independentistas durante meses, y – para sorpresa de las autoridades españoles – el día del plebiscito aparecieron en los colegios electorales.

Según el Gremio de Pastelería de Barcelona, las monas inspiradas en Coco, la última película de Pixar, parten como las favoritas para ser las más vendidas de este 2018. El gremio espera vender unas 700.000 monas de Pascua artesanas solo en la región metropolitana de Barcelona, un 1% más respecto al 2017.

Mientras pensaba qué “Mona” voy a regalare este año a mi ahijada (que ya ha cumplido 12 años y las pelis de Disney empiezan a importarle un comino), me he dado cuenta de que no conozco bien las tradiciones latinoamericanas de Semana Santa. ¿Comerán ustedes mona de Pascua en sus hogares?

Anímense a contacarme por email para contarme lo que harán ustedes este domingo de Pascua en su hogar de Filadelfia, o lo que harían si estuvieran en el país donde nacieron sus ancestros.