Es el año 2001, pero el infierno del “corralito” y la crisis económica aún no estalla en Argentina, se está cociendo a fuego lento. En un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires, Fermín Perlassi (Ricardo Darín) y Lidia Perlassi (Verónica Llinás) convencen a Fontana (Luis Brandoni) de montar una cooperativa que almacene granos para que l os agricultores puedan vender a mejores precios y no tengan que someterse a los golpes del mercado. Poco a poco van invitando a participar a otros personajes de la más variada condición social, económica y de temperamento, pero tratándose entre sí con absoluta transparencia y respeto.

Todos se unen y cada cual aporta en la medida de sus posibilidades: la gran empresaria del pueblo, Rita Cortese (Carmen Lorgio) dueña de una empresa de camiones, Medina (Carlos Belloso) una excombatiende de las Malvinas, poco inteligente pero noble hasta la ternura, el tendero del pueblo, la jardinera… para conseguir los fondos faltantes deciden pedir un préstamo. Es entonces cuando el infierno nacional estalla y ellos, los giles, están decididos a recuperar lo que por derecho les pertenece.

Esta película, basada en el libro “La noche de la Usina”, de Eduardo Sacheri (coautor también del guion de “El secreto de sus ojos”), mezcla comedia, drama y el género policiaco, demostrando la gran habilidad como guionista de Sacheri. Logra, sin ridiculizar a los personajes, que nos riamos de sus tonterías, nos dolamos de sus penas y emocionemos con sus aventuras. Es así porque retrata con enorme sensibilidad la crisis del 2001, el impacto que tuvo en estos personajes ricos, complejos y diversos, más que en mostrar las abstracciones de los datos económicos.

Al tiempo, la película tiene una excelente producción, fotografía y musicalización, que contribuyen a su construcción. Por ello, con todo mérito, ha sido seleccionada para representar a Argentina en la 92ª edición de los Premios Oscar, en febrero del 2020, en la categoría de Mejor Película Internacional.

En esta época, llena de estallidos sociales, tal vez nos convenga ver a más giles como nosotros retratados, resurgiendo por su habilidad para reunirse y quererse más allá de las dificultades.