Barcelona es una de esas ciudades cosmopolitas en las que uno puede disfrutar de una amplia amalgama de platos internacionales. Abundan los buenos restaurantes tradicionales pero en cada calle es también posible encontrar cocina de diferentes partes del planeta.

Tandoor (Carrer d'Aragó, 8) es uno de esos lugares que te cambia el día nada más atravesar sus puertas. Este restaurante indio de segunda generación refleja una India moderna. No solo en la elaboración de sus platos sino en la misma decoración del local. Los colores vivos se entremezclan en un lugar industrial y cálido al mismo tiempo, recreando un lugar perfecto para disfrutar de la comida.

Este Tandoor es en realidad el segundo Tandoor. El primero no estaba muy lejos de este amplio local del que hoy disfruta. Fue concebido por Surinder Oberoi, que, recién llegado de la India, pretendía mostrar a los comensales españoles qué era aquello de la cocina india. Él y su mujer fueron los pioneros, los primeros en abrir un restaurante indio, los primeros en servir un dal, los que presentaron el curry y los papadum en Barcelona.

Hoy, tiempo después de aquel primer desembarco, el segundo Tandoor suma ya más de cinco años abierto. Al frente de su cocina está Iván Surinder, hijo de aquellos primeros cocineros indios. Iván, formado en algunos de los mejores restaurantes españoles,  ha sabido heredar la cocina de sus padres y aderezarla con las notas modernas que llegan desde su país. Dice, que la gente cree que su cocina es moderna pero que en realidad no hace más que servir platos tradicionales con una envoltura contemporánea. Para entenderlo, hay que probarlo.

A Tandoor hay que ir varias veces. La primera para probar todos sus curris, la segunda para repetir lo que más nos gustó y aprovechar para devorar sus postres.

Tandoor

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