El mayor riesgo que se corre en momentos de división, odio y exclusión es el de transformar a las víctimas en una cifra que aumenta sin parar, borrando a su paso los testimonios y llevándose consigo la historia que los titulares apenas logran resumir.

Tal es el caso de los cientos de individuos deportados desde Estados Unidos, quienes han sufrido en silencio la separación de sus familiares, el maltrato y el olvido.

Pero para los investigadores Robert Irwin (Universidad de California) y Guillermo Alonso Meneses (Colegio de la Frontera Norte), cada una de las historias merece ser contada.

A través de su proyecto “Humanizando la Deportación/Humanizing Deportation”, ambos investigadores pretenden darle voz “a las personas que han enfrentado los estragos de la deportación”, según reportó el diario Reforma de México.

Utilizando el formato de vídeos de cinco minutos, los investigadores han puesto en evidencia la ausencia de “información testimonial sobre la experiencia de la deportación deshumanizada”.

“Este proyecto visibiliza un rango de problemas humanitarios que han sido generados por el desplazamiento masivo de seres humanos como consecuencia de su manejo en los dos lados de la frontera mexicano-estadounidense”, explicó Irwin durante un evento en el Centro Cultural Tijuana (CECUT).

El equipo de investigadores ha puesto el producto documental a disposición de todos los usuarios a través de su página web, con la clara intención de “producir un archivo digital, de acceso abierto, sobre las historias personales de la deportación”, tomando distancia de un debate político que “suele basarse en la estadística, sin que se preste atención a la experiencia humana”.

Asimismo, Meneses explicó que las historias fueron recogidas en Tijuana, y uno de sus objetivos más inmediatos es el de ofrecer a los inmigrantes que aún están en Estados Unidos “los mecanismos de protección y que los deportados puedan obtener información sobre cómo conseguir ayudar para reintegrarse a la dinámica mexicana”.