Horizontes Latinos: El actor argentino Ricardo Darín triunfa en el Festival de Cine en San Sebastián
Por primera vez en los sesenta y cinco años de historia del festival, un actor latinoamericano gana el prestigioso Premio Donostia. Además de este…
Uno de los actos más memorables de este año en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, celebrado entre el 22 y 30 de septiembre en esta ciudad costera del norte de España, fue la asignación del Premio Donostia al actor, director y guionista argentino Ricardo Darín. Este premio reconoce la contribución de una vida dedicada al cine. En el caso de Darín, ya ha recibido más de veinte galardones, incluyendo el Cóndor de Plata (el Oscar argentino) cinco veces y un Goya (el Oscar español). Esta es la primera vez en los sesenta y cinco años de historia del festival que un actor latinoamericano gana el prestigioso Premio Donostia. Además de este reconocimiento, se crearon varias iniciativas para enfatizar la contribución de Latinoamérica al cine mundial.
De acuerdo con Luis Rebordinos, el director del Festival de San Sebastián, “el cine es la mejor herramienta para unir cultura y cooperación” (Diario del Festival, 29 de septiembre, 2017). Teniendo esta idea en mente, “Horizontes Latinos”, que incluía doce filmes, representaba bien la cultura latinoamericana. Los perros (dirigido por la chilena Marcela Said) que trata del Chile post-Pinochet, fue el ganador de esta categoría, dando énfasis a la vez a las mujeres directoras.
Lina Paola Rodríguez, la directora del Festival Internacional de Cine en Cartagena de Indias, Colombia, uno de los más prestigiosos de Latinoamérica, fue parte oficial del jurado de “Horizontes Latinos”. Para ella, las selecciones de este año fueron indicativas de la diversidad de temas sociales y políticos, de la fuerte presencia de mujeres detrás de la cámara y también de nuevos directores. En general Rodríguez comentó sobre el crecimiento en la industria cinematográfica latinoamericana. En Colombia, por ejemplo, “hace quince años se producían apenas una docena de largometrajes al año y actualmente estamos en los 45 títulos anuales” (Diario del Festival, 29 de septiembre, 2017).
Otra iniciativa importante para incorporar al cine en la cultura latinoamericana fue fomentada por el Festival y el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales de Argentina (INCAA). Varios estudiantes de secundaria de Ciudad de Mar del Plata en Argentina asistieron al Festival y presentaron tres cortos en los que habían colaborado. Fernando Sol, el director de la Diputación de Gipuzkoa, enfatizó la importancia de romper fronteras y la cooperación: “Ahora hablamos de un mundo único, donde todos tienen algo que dar y también algo que recibir” (Diario del Festival, 29 de septiembre, 2017). Es importante anotar que una película argentina, Alanis, la historia de una madre soltera que es una prostituta, dirigida por una mujer, Anahí Berneri, ganó el premio más importante, la Concha de Plata, al mejor director y la mejor intérprete femenina fue su protagonista, Sofía Gala. Alanis fue la única película que ganó dos premios en este festival con más de doscientos filmes en competición. Además, tres otros filmes latinoamericanos compitieron para el Premio de Cooperación Española: Una especia de familia (Argentina, dirigido por Diego Lerman), Matar a Jesús (Colombia, dirigido por Laura Mora) y Princesita (Chile, dirigido por Marialy Rivas).
Asistir al Festival de Cine de San Sebastián es una experiencia única. La belleza de esta ciudad vasca, con su reconocida Playa de la Concha en el Mar Cantábrico y el Río Urumea que cruza sus bulevares, es ya en sí merecedora de una visita. Este año el tiempo fue soleado y caluroso casi todos los días, algo inusitado en esta región de España y en esta época del año. El Festival se celebró en el Palacio y Centro de Conferencias Kursaal, diseñado por el famoso arquitecto Rafael Moneo, con un auditorio para mil seiscientas personas. Sus estructuras metálicas son particularmente imponentes cuando se las ve en la distancia de la Playa Zurriola; una perspectiva ideal se da desde ¨La paloma de la paz¨ por Nestor Basterretxea, la gran escultura blanca que simboliza la tregua política existente ahora a través del País Vasco. Una cola interminable de gente se forma treinta minutos antes para entrar por la alfombra roja a las proyecciones de las películas que siempre empiezan puntualmente en un auditorio completamente lleno con una breve mención de los directores o los actores presentes. No se permite ni comida ni bebida, no hay anuncios ni tráileres, solamente silencio hasta que la pantalla se llena de vida. No he visto en mi vida un público más atento y dedicado.
La cordillera / The Summit (2017) es el tercer largometraje de Santiago Mitre. Ricardo Darín interpreta el presidente argentino, Hernán Blanco, un hombre carismático e introspectivo que ganó las elecciones tan solo hace seis meses. La acción se centra en una cumbre de presidentes latinoamericanos que se están reuniendo en un resort remoto en los Andes de Chile a más de 10,000 pies de altura. Con la excepción de la primera secuencia, rodada en la Casa Rosada, la mansión presidencial en Buenos Aires, no se ve ninguna escena en la calle. La secuencia dentro del avión presidencial también fue rodada en el verdadero avión.
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El conflicto se presenta pronto en el argumento. Se va a revelar un escándalo sobre el presidente y su hija Marina, interpretada eficazmente por Dolores Fonzi, está implicada. Este conflicto entre lo público y lo privado en la vida del presidente es el tema de la película. Aunque la hija tiene un papel importante, el público no sabe nada más de la vida personal del presidente. Se supone que está divorciado y se ve una ojeada de su vida amorosa en una breve escena sexual con una de sus asistentas, aunque no es la que más aparece en pantalla y la supuesta favorita, Luisa Cordero (Érica Rivas).
Cuando comienza el filme el presidente argentino parece ser un padre devoto y cariñoso. En una entrevista con una periodista española (Elena Anaya) Blanco dice que él es un “hombre común”, pero cuando el filme termina, no sabemos si es un asesino, como su hija afirma bajo hipnosis. La actuación de Ricardo Darín es extraordinaria en este sutil papel. Aunque el filme está anunciado como un thriller, hay poca acción; la mayoría del suspense se revela a través del diálogo en un rico guión por Santiago Mitre.
El aspecto político del argumento se centra en la cumbre de los presidentes latinoamericanos que van a decidir sobre un acuerdo comercial. La secuencia cuando los líderes discuten por un buen puesto en la foto oficial nos recuerda a las reuniones políticas contemporáneas. A pesar de que Mitre afirma que no hay relación entre la situación política argentina, es fácil hacer paralelos con la situación política inclusive en la de los Estados Unidos. El poder corrompe y al mezclar lo personal con lo político solamente complica la situación más todavía.
El título de la película en español merece análisis. Summit en inglés puede ser a la vez la cumbre de una montaña o una reunión política y es igual con la palabra “cumbre” en español. ¿Por qué entonces no usar esta palabra tan obvia y usar “cordillera”, la cual solamente significa montañas? Podría ser por el importante papel que los majestuosos Andes nevados tienen en el filme. Las tomas aéreas de las carreteras serpenteantes que llevan al hotel, fotografiadas por Javier Juliá, se repiten varias veces, sugiriendo que los motivos políticos son igualmente sinuosos.
Hay otros ejemplos de un posible simbolismo: la presidenta chilena está herida en la mano derecha y lleva una venda; el cóndor vuela majestuosomente sobre los Andes, sobrepasando al águila norteamericana, puesto que los Estados Unidos manda a un oficial del Departamento de Estado de menor rango a la cumbre (representado eficazmente por Christian Slater). Los papeles del presidente mexicano (Daniel Giménez Chaco) y del brasileño (Leonardo Franco) son también poderosos en un gran reparto. La música compuesta por el famoso Alberto Iglesias es algo estridente en lo que es casi un film perfecto.
La cordillera no es parte del Festival de Cine de Filadelfia, pero hay otros filmes latinoamericanos: La novia del desierto (Argentina & Chile, dirigido por Cecilia Atán), Demonios tus ojos (Colombia & España, dirigido por Pedro Aguilera), Una especie de familia (Argentina & Brasil, dirigido por Diego Lerman) y el documental Brimstone and Glory (México & USA, dirigido por Viktor Jakovleski). También se proyectan dos filmes de España: Contratiempo (dirigido por Oriol Paulo y El bar (dirigido por Álex de la Iglesia). Todas estas películas se muestran en su versión original en español, con subtítulos en inglés. Vayan a Filmadelphia.org para sacar las entradas y para más información. n
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