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Photo: Cleveland Scene.
Photo: Cleveland Scene.

El viaje de una bailarina y curandera boricua al encuentro de sus raíces

La artista Lynette Ramos explora en Borikén su herencia cultural a través de la danza y la espiritualidad indígena de Puerto Rico.

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El pasado mes de octubre Lynette Ramos viajó a la isla de sus antepasados para explorar su rico patrimonio cultural. Su intención, según dijo, era “rendirles homenaje integrando las formas indígenas en nuestros tiempos modernos".

Lynette lo hizo acompañada de su hijo Christian, quien documentó todo el proceso de inmersión a través de videos y fotografías, grabando incluso una entrevista con un guía del Centro de Patrimonio Indígena Ceremonial de Caguana, considerado como uno de los enclaves arqueológicos más importantes de Norteamérica.

Tiene todo el sentido que Christian la acompañase porque Ramos, bailarina y curandera chamánica, trataba de excavar, cual arqueóloga, en su propio linaje.

El proyecto, que presentó en un evento virtual el martes en el Centro Cultural de las Artes Julia Burgos, en Cleveland,  se titula Borikén: Tierra del Valiente y el Noble Señor, y abarca mucho más que su expedición; forma parte de una larga investigación de la artista por abrazar su pasado.

Siendo Lynette bailarina, Borikén incluye también la danza. En concreto, la Bomba, que tiene sus raíces en la historia de la esclavitud africana de Puerto Rico y en un momento de la historia fue considerada una expresión de la comunidad y “el periódico del pueblo”.

Ramos, que siempre ha vivido en Ohio, en el barrio de Tremont, recuerda haber crecido con la idea de que sus antepasados eran incivilizados. Sólo a través de los viajes que hizo de adulta, empezó a darse cuenta de que su pueblo taíno vivía en comunión con la tierra y que su cultura era muy rica.

“Eran artistas, curanderos, agricultores y pescadores”, dijo la bailarina y chamana a Scene. "Disfrutaron de la música y de la comunidad. Estaban bien organizados y prosperaron en la isla".

Hace nueve años, Lynette Ramos, que siempre ha sido una persona espiritual, se licenció en “Divinidad” en la Universidad de Ciencias Metafísicas. Sus áreas de estudio resultan sorprendentes, desde la astrología a las habilidades físicas, la adivinación y el trabajo con la sombra (la parte negada de nosotros mismos, según la psicología Jungiana).

En 2013, Ramos comenzó a viajar por América Central y del Sur, participando en ceremonias de plantas sagradas y conectando con su energía ancestral.

"En los últimos años, he viajado a algunos países de América Central y del Sur, ya que tengo un gran interés en el chamanismo, la medicina vegetal, la cultura antigua y las tierras sagradas", afirmó.

Ramos añadió que  “quería explorar mis propias raíces y la tierra de mis antepasados, para poder compartir esta experiencia con mi comunidad. Quería inspirar a la gente a hacer lo mismo, sin importar sus lazos étnicos. Creo que aprender sobre nuestra historia nos permite entendernos más a nosotros mismos y nos ayuda a preservar nuestras tradiciones y cultura".

La tierra del valiente

Los indios taínos llamaban a la isla “Borikén”, que significa en su lengua nativa “Tierra del Valiente y del Noble Señor”. 

La comunidad indígena habitaba Puerto Rico cuando el colonizador Cristóbal Colón desembarcó en 1493 y rebautizó Borikén como San Juan Bautista, reclamándola para la Corona española. 

Durante más de cuatro siglos, Puerto Rico fue colonia española. Hasta que en 1917 se convirtió en territorio estadounidense. 

Lynette Ramos pudo realizar su investigación gracias a una beca de Coyohoga Arts & Culture y recibió el apoyo de su comunidad local para estudiar a los taínos. 

En el evento del martes, Lynette estuvo acompañada por su hermana Marisol, poetisa y artista local, y por Cleveland Yanilka, cuyas obras exploran la cultura afrolatina y taína. También se presentó un pequeño documental con los viajes de Lynette a museos y cuevas sagradas.