“Un violador en tu camino” o cómo el arte del performance ha vuelto a unir a Latinoamérica
“El violador eras tú, el violador eres tú”, es el estribillo que han repetido cientos de mujeres en los últimos días. Parte de un performance chileno que está…
“Es un poco difícil de describir. Llena de fuerza, atrevimiento, firmeza, amor, valentía”, dice Luisa María Zorrilla una de los cientos de mujeres que han hecho parte del performance del colectivo chileno Las Tesis.
Imaginen pasar por una plaza, un parque o las escaleras de un gran edificio y encontrar decenas de mujeres con los ojos vendados y expresión de determinación absoluta. Tras un momento de silencio un bombo empieza a marcar el ritmo con que ellas van a cantar
El patriarcado es un juez
que nos juzga por nacer,
y nuestro castigo
es la violencia que no ves.
El patriarcado es un juez
que nos juzga por nacer,
y nuestro castigo
es la violencia que ya ves.
Es femicidio.
Impunidad para mi asesino.
Es la desaparición.
Es la violación.
Y la culpa no era mía, ni dónde estaba ni cómo vestía.
El violador eras tú.
El violador eres tú.
Este performance fue diseñado por Dafne Valdés, Paula Cometa, Sibila Sotomayor y Lea Cáceres, que conforman Las Tesis. Su objetivo era llevar al nivel performático las tesis del feminismo, especialmente de la antropóloga argentina Rita Segato.
Dos de las ideas de Segato llaman la atención, al ver una y otra vez los videos de estas mujeres fieras, la primera es una conclusión a la que llegó Segato trabajando con violadores en cárceles brasileñas: la violación no es un crimen que se perpetre por un interés erótico, sino como un ejercicio de poder moralizante. Es una persona que quiere corregir la conducta de otra .
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La otra idea, igualmente chocante, es que cuando se comete un crimen contra un hombre éste tiende a ser visto como un crimen contra la humanidad entera, mientras que los crímenes contra las mujeres suelen ser interpretados como crímenes relativos al ámbito de lo íntimo, del erotismo, y por eso son “crímenes menores” y singulares. Son cosas que pasan en espacios pequeños personas aisladas, lo que es falso.
Las bandas en los ojos parece que le quitaran a las mujeres el miedo a la evaluación social, el someterse a las miradas y juicios de los otros [...]
“Las bandas en los ojos parece que le quitaran a las mujeres el miedo a la evaluación social, el someterse a las miradas y juicios de los otros [...]. El baile hace sentir que se abraza a la vida, que se decide disfrutarla al liberarse de las culpas que nos ponen. Pero también hay un dolor profundo, incluso algo de ira”, recuerda Luisa María que participó en Bogotá el 30 de noviembre, donde llevaron letreros con los nombres de 238 mujeres que han sido asesinadas en Colombia durante este año .
“Ver los nombres de tantas que han agredido y violentado no deja de producir una sensación de repudio y desprecio hacia todas esas actitudes que legitiman a quienes nos han quitado la dignidad en algún momento," agregó.
“Un violador en tu camino” ha sido replicado en Santiago de Chile, París, Bogotá, Medellín, Madrid, Barcelona, Berlín y Ciudad de México. La multitud de mujeres que confronta al público contradice la idea de que la víctima está sola y aislada y la manera en que responsabiliza tanto al Estado como a la policía e individuos muestra formas de violencia directa y estructural, mientras que las estrofas “y la culpa no era mía, ni dónde estaba ni cómo vestía” apuntan a elementos de violencia cultural contra la mujer .
Lamentablemente, la violencia de género está muy lejos de ser un hecho aislado, que se limite a escaso ámbitos privados. Tampoco obedece a barreras geográficas ni poblacionales.
De acuerdo a datos publicados por Naciones Unidas el 24 de noviembre de 2019, una de cada tres mujeres es víctima de abuso físico sexual en algún momento de la vida. Esta es una problemática que afecta tanto a Latinoamérica como a los Estados Unidos. En EE.UU., por ejemplo, un estudio publicado por la Organización Mundial de la Salud encontró que el 70% de las mujeres ha sufrido abuso físico y/o sexual por parte de un compañero íntimo .
Este tipo de performance reúne a las mujeres, rompe el aislamiento que recubre a las víctimas de violencia de género y visibiliza un problema que, lejos de ser una agresión aislada e individual, afecta a la humanidad entera.
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