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Máscara precolombina en el Metropolitan Museum de Nueva York. Foto: Wikimedia
Máscara precolombina en el Metropolitan Museum de Nueva York. Foto: Wikimedia

El arte que se llevó Leonardo Patterson

El polémico coleccionista costarricense Leonardo Patterson, acusado de haber comercializado falsificaciones y piezas expoliadas de diversos yacimientos…

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La colección de arte Precolombino de Leonardo Patterson, coleccionista costarricense que fue detenido en 2015 por haber hecho negocio con falsificaciones y obras expoliadas, busca un nuevo refugio. Y éste podría ser Santiago de Compostela, en Galicia (España), donde Patterson ya intentó exponer en una ocasión su polémico tesoro arqueológico.  

La fama de timador es difícil de borrar, pero hay que admitir que Leonardo A. Patterson tuvo un inicio prometedor: de familia pobre, llegó a EEUU de Costa Rica en los años 60 con una mano en el bolsillo y poco a poco fue tranformándose en un coleccionista de arte multimillonario, organizando increíbles exposiciones de arte Precolombino, primero en Manhattan y después - cuando el FBI empezó a sospechar que no era trigo limpio - en Europa. Cuando residía en EEUU, Patterson fue investigado en diversas ocasiones por el FBI, que en 1980 le acusó de haber intentado vender un fresco Maya falso a un coleccionista de Boston, informó en 2015 The NY Times.

A pesar de todo, supo seguir adelante. En los 90, Patterson se mudó a Alemania y desde allí organizó varias exposiciones en España y Francia. Su colección de arte precolombino era tan deslumbrante que susexposiciones lograron atraer visitas de la talla de Oscar Arias Sanchez, antiguo presidente de Costa Rica, y la premio Nobel guatemalteca Rigoberta Menchú. 

Las sospechas sobre la procedencia y autenticidad de sus obras fueron creciendo. Algunos países latinoamericanos le denunciaron por expolio y se abrieron órdenes de extradicción contra él. Por su parte, las autoridades españolas intentaron retener la colección Patterson en España ante las sospechas sobre su autenticidad y procedencia, pero Patterson logró llevárselas finalmente a Alemania.

La "fiesta" se le terminó en 2015, cuando, con 73 años, un tribunal de Munich le  declaró culpable de traficar con piezas falsas y estar en posesión de obras robadas. Fue condenado a prisión domicilaria durante tres años y obligado a pagar una multa de 40.000 dólares, además de devolver a México varias esculturas de madera precolombinas de gran valor.

Mexico no es el único país que ha puesto denuncias contra el coleccionista. Tambien Perú y Ecuador reclaman que se devuelvan las piezas expoliadas que forman parte de la colección Patterson. 

En lugar de devolverlas, Patterson decidió a finales de 2016 trasladar de Munich a París su impresionante tesoro arqueológico – más de mil piezas, según El País.  El objetivo es trasladarlas ahora a Santiago de Compostela, una ciudad especial para Patterson por su "espiritualidad", de acuerdo con declaraciones de sus abogados a El País. Santiago de Compostela es el destino final del "camino de Santiago",  la famosa peregrinación católica que realizan miles de personas de todo el mundo cada año.

 ¿Cómo logró Patterson engatusar a tanta gente durante tanto tiempo? Arthur Brand, detective especialista en fraudes artísticos, que ha ayudado a dentificar piezas falsas o expoliadas de la colección Patterson, se lo cuenta a El País: Hombre de color y dotado de una simpatía natural, Patterson supo explotar la imagen de “buen salvaje” entre las élites blancas del mundo del arte. Llegaba a un lugar y decía “Acabo de llegar de la jungla y no sé nada de vuestro mundo, no tengo ni zapatos, pero mirad qué tesoros tengo”, comenta Brand.