¿Quién no soñaba de pequeño con tener una casita en un árbol? Una cabaña, una escondrijo o incluso unas pequeñas maderas que crearan un refugio. Cualquier cosa valía con tal de escapar unos minutos de la mirada paterna. Pequeños o adultos, todos hemos soñado alguna vez con un espacio propio en mitad de la naturaleza que nos sirva, por lo menos durante unas horas, para evadirnos de nuestras responsabilidades diarias.

En España las casitas de los árboles han dejado a ser una cosa de niños para pasar a ser disfrutadas por los adultos más aventureros. La creciente necesidad de sentirse cercano a la naturaleza ha hecho que se busquen nuevas fórmulas de turismo rural. El resultado; hoteles, cabañas de ecoturismo e incluso pequeños chalets de lujo encaramados a las copas de los árboles de los parajes más bonitos del país.

Dormir en plena naturaleza

Descansar a la altura de las copas de los árboles tiene sus ventajas. Cada uno de estos alojamientos cuenta con una intimidad difícil de encontrar en un hotel. Desde sus ventanales solo se divisa el verde de la naturaleza, el azul del cielo y, de noche, las estrellas.

A pesar de lo que pueda parecer, alojarse en uno de estos lugares no se asemeja a ir de camping. No necesitarás saco de dormir ni pasarás frío al anochecer. En realidad, la mayoría de cabañas cuenta con su propio baño con agua corriente, terraza y en algunos casos hasta con con cocina. ¿Era así la cabaña que imaginabas de crío?

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¿Dónde alojarse?

Este tipo de turismo está tan popularizado en España que es posible encontrar alojamiento en casi cualquier zona del país. Algunas de las casas más conocidas se encuentran muy cerca de Granada, al sur del país. Se trata de las cabañas de Campearte, situadas en el Parque Natural Sierra de Huétor. La gracia de este complejo es que el huésped puede elegir entre tres tipos diferentes de cabañas, dependiendo de la altura a la que desee alojarse.

Y es que el miedo o el amor por las alturas podría ser definitorio a la hora de seleccionar un alojamiento de este tipo. Por ejemplo, el complejo de cabañas Zuhaitz Etxeak localizado en Euskadi, cuenta con la cabaña más alta de Europa, situada a nada más y nada menos que 17 metros del suelo. Este mismo complejo también propone experiencias más románticas como una cena con vistas de altura o una suite con una terraza con vistas 365 grados.

Si el plan es más familiar que romántico, la experiencia pasa por reservar una de las cabañas del Agroturismo Mari Cruz. Situado en Navarra, este alojamiento se ha especializado en turismo familiar. Ofrece una cómoda casita en el árbol situada a baja altura, ideal para quien viaja con niños pequeños. Además cuenta con una pequeña granja y un huerto.

Los que buscan la combinación entre el lujo y la naturaleza, encontrarán en Basoa Suites las mejores opciones. Este complejo ofrece alojamientos en la copa de los árboles con todo lujo de detalles. Sus suites están rodeadas de robles, que pueden admirarse por las ventanas de las cabañas. Además, cada mañana el desayuno se sirve en una cesta de mimbre. Champagne, terraza privada, cenas informales en la suite… Un lugar especial para ver las estrellas.