Abrirse paso entre los prejuicios que nos asedian no es sencillo, pero cuando tienes que luchar por cuatriplicado y aun así sales victorioso, estás abriendo camino a todos los demás. 

Esto es justo lo que le ocurre a la modelo Denise Bidot. Primero por ser modelo de tallas grandes en un mundo, el de la moda, donde dejarse fotografiar al natural, sin enmascarar la celulitis ni las anchas caderas, es una prueba de seguridad en una misma y activismo. 

Pero también porque Bidot es mitad puertorriqueña y mitad kuwaití, y se ha convertido en un espejo para las latinas árabes de Estados Unidos, quienes reclaman una mayor visibilidad:

“Al crecer me sentía como si fuera la única chica en el mundo que era latina y árabe, y entonces fue cuando Shakira empezó a hablar de sus raíces y pensé que había encontrado a otra persona como yo”, declaró la modelo a Emperifolla, en una entrevista en donde también se refirió a su solitaria juventud en Miami y a la carrera que emprendió hace doce años, consagrándola como una de las modelos curvy más respetadas del mundo. 

"Nos sentimos solos porque nadie nos ve y lo mismo ocurre con la comunidad afrolatina”.

“Esta generación es bastante impresionante, ya no existen todas esas etiquetas que solían ponernos y que a mí me produjeron un gran peso en relación a mi identidad -dijo. Y añadió que se sentía aliviada de que su hija pudiera crecer en esa otra generación que está traspasando los límites. 

“La representación es importante, nos sentimos solos porque nadie nos ve y lo mismo ocurre con la comunidad afrolatina”, concluyó Denise Bidot, que cuenta con un foro público bastante considerable, formado por más de 655 k seguidores en Instagram. 

Madre de una niña de afrolatina, a la modelo, que creció en una familia donde ella era la diferente - “mis primos son pelirrojos y mi abuela tiene el cabello rubio y los ojos verdes”, cuenta-, le gustaría mostrarle a su hija mujeres que se parecen a ella en la televisión y en la música. 

Algo que pese a los prejuicios y al techo de cristal que pesa sobre las mujeres, especialmente si ostentan determinados orígenes, ocurre cada vez más. E incluso existen conocidísimas embajadoras. Y no solo Shakira…

La actriz Salma Hayek (“Frida”, “Desperado”), cuyo padre es libanés, realizó hace un par de años unas durísimas declaraciones en el Festival de Cannes donde cargó contra el machismo y el racismo de la industria del cine:

"Llegué a Hollywood no solo como mujer sino como árabe y mexicana. La gente se reía de mí por tener el sueño de trabajar como actriz”, confeso la actriz en un foro dedicado a la mujer. 

"Era la única mexicana y latina en la escuela de arte dramático, excepto por Benicio del Toro, que es puertorriqueño, es decir, medio estadounidense, y es un hombre. Nadie se reía de él. También se reían de mí en México (...) Así como todos los agentes y todos los estudios".