El viernes 29 de mayo, Complex emitió una declaración en solidaridad con el movimiento Black Lives Matter, tras las protestas por el asesinato de George Floyd:

Lo que parecía un puesto de solidaridad se volvió rápidamente contraproducente por las historias que siguieron. 

Tiffany Wines, una ex empleada de Complex, publicó en Twitter el viernes 19 de junio, una carta abierta de su tiempo en Complex y de cómo fue tratada como una mujer negra en una compañía que se beneficia de la comunidad.

Al final, fue forzada a firmar un acuerdo de no divulgación (NDA), y se le dio una indemnización por el trauma que sufrió allí. Rompiendo su NDA, valientemente compartió su historia, e instó a otros a compartir la suya también, "especialmente a las mujeres negras que Complex Networks ha masticado y escupido sin tener en cuenta nuestra dignidad y humanidad".

No hubo respuesta del equipo de Complex durante días después de que Wines compartiera su experiencia. Lo que siguió fue un grupo de personas que también compartieron sus experiencias. Kiana Fitzgerald, una experimentada reportera con firmas en NPR, Rolling Stone y Paper Magazine, entre otros, citó el post de Wines, con su propia y desafortunada experiencia.

Muchos otros ex pasantes y empleados compartieron sus experiencias de misoginia, racismo, cultura de la violación y desigualdad salarial. Wines también reveló conversaciones en Twitter que la apuntaban por pedir estar en un lugar de trabajo decente y libre de distracciones.

El lunes 24 de junio, cuatro días después del mensaje inicial, Complex respondió con un vergonzoso tweet en su cuenta de correo.

Una marca que es tan conocida por ser consciente hizo un trabajo horrible al asumir la responsabilidad de su cultura de empresa. 

Para empezar, pusieron sus marcas y su comunidad antes que sus colegas. En segundo lugar, sin una explicación de ellos "tomando medidas inmediatas", ¿de qué sirve un post en las redes sociales?