FUERA BROMAS: "No es necesario hacer chistes sobre todo”
En esta sección nos ponemos serios y preguntamos a Carlos Ballarta, icono del stand-up en México, sobre los misterios de la comedia.
Una vez identificas esas gafas y la melena que lo asemejan a un Kurt Cobain latino es difícil olvidarte de Carlos Ballarta. Todavía más si escuchaste su famosa rutina sobre los miedos existenciales y se apaga la luz automática mientras estás en el baño.
Carlos Ballarta nació en 1990 en Ciudad de México y su humor es una mezcla de citas pop, reflexiones sobre las nuevas cotidianidades sexuales y afectivas, y referencias mexicanas y de autoconciencia del continente latinoamericano.
En 2012 inició su carrera por los stand-ups que lo han llevado a ser uno de los cómicos jóvenes más conocidos de su país, así como a tener dos especiales de Netflix: El amor es de putos y Furiañera. También tiene su propia productora que genera podcasts y trabaja como actor en Lol: Last One Laughing y Drunk History: El lado borroso de la historia.
Actualmente, Ballarta está inmerso en un tercer especial que sorprendió por su nombre: Dios está muerto -aunque no a sus seguidores que saben de su ateísmo acérrimo y su lado más cínico con las costumbres locales.
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La comedia es un género literario que puede ser entregada de diferentes formas. En el caso del stand up, a través de la ejecución en un escenario en una charla que refleja tu personalidad y punto de vista, pero también que deje muy en claro tu sentido del humor.
El stand up sirve mucho para mofarse de la actualidad y casi siempre, de manera inconsciente, salen chistes u observaciones sobre la realidad que terminan siendo parte de tu acto. De ahí que tome un papel predominante y se vuelve el eje alrededor del cual gira tu presentación es otra cosa. La primera es necesaria y hasta inconsciente y la segunda es una decisión personal del comediante.
En el stand up se tiene mucho la intención de desmenuzar la realidad a través de la idiosincrasia que a uno le toca, entonces sí creo que juega un papel importante. Es un gran detalle ver a diferentes cómicos, de todo el mundo, abordar la realidad desde su muy única idiosincrasia.
"Es un gran detalle ver a diferentes cómicos, de todo el mundo, abordar la realidad desde su muy única idiosincrasia".
No es cuestión del humor sino una decisión consciente del humorista, quien no debe ser obligado sino exhortado a ejercer su criterio para entrar en terrenos de la ética previo a entregar un chiste en específico.
No es necesario, pero promover el criterio artístico en el comediante que desemboque en una integridad en todos los aspectos de su vida sí es necesario. Sobre todo a entender que no es necesario hacer chistes sobre todo, aprender a callarnos para hablar con más fuerza desde otros ámbitos.
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