Una ola de calor abrasa como nunca el Mediterráneo oriental. El Servicio de Gestión de Emergencias de la Unión Europea muestra una gran cantidad de fuegos activos en Grecia, Italia, Turquía, Albania, Túnez o Argelia. Pero no se trata solo de incendios: Grecia ha alcanzado una temperatura récord de 47,1 grados al norte del país y una mínima de 36 en el sur. 

Sólo en Grecia ha habido 81 fuegos diferentes en 24 horas, incluidos varios en Atenas. Decenas de ciudadanos han tenido que ser evacuados en varias zonas del país y muchos han visto cómo las llamas engullían sus casas. Los datos que recogen los satélites confirman un aumento del riesgo de incendios en varios puntos de Europa. 

En el suroeste de Turquía hace una semana que sus habitantes ven cómo los incendios consumen hectáreas de bosque. El fuego ha afectado a zonas de complejos turísticos, que han tenido que evacuar a miles de personas. Otras miles han perdido sus hogares y uno de los incendios amenaza una central termoeléctrica. 

En los últimos cinco años han aumentado los incendios en Turquía y los de este año están siendo los peores en la historia del país. Comparte con Grecia la misma ola de calor asfixiante. En las costas turcas se han vivido temperaturas máximas de 46 grados, lejos del clima al que están acostumbrados quienes viven allí. 

Los incendios son un acontecimiento frecuente en los veranos del Mediterráneo, pero cada vez hay más días en los que se detecta un riesgo extremo de que se produzcan fuegos. Y la incidencia apunta directamente al Mediterráneo oriental y a la península ibérica, es decir, España y Portugal. 

Todavía no puede afirmarse que haya una relación directa entre esta ola de calor y el cambio climático, pero los expertos coinciden en que estos registros excepcionales de temperaturas forman parte de la mayor frecuencia de fenómenos climatológicos extremos que se espera. Más olas de calor, más a menudo y de mayor duración.