El último arpegio de Xavier Montes, el “big” sabio de la cultura chicana de Santa Paula
El músico, pintor y reconocido impulsor de la cultura latina en California falleció a 67 años tras una larga enfermedad.
Un músico desde la infancia que se cantaba a sí mismo para dormirse. Así solía describirse el artista Xavier Montes, conocido como “Big X”, cuya pasión por la música y el arte dejó una gran impronta en generaciones de latinos y que falleció el pasado jueves tras una larga enfermedad a los 67 años.
Sus amigos y familiares recuerdan cómo este artista global, criado por su tía en Santa Paula, en el corazón cítrico de California, amaba la música rock y tocaba la guitarra desde joven. Pero si hay una melodía para cada persona la suya era la del arpa, que descubrió viviendo ya en Santa Bárbara, donde se había graduado en arte.
Un arpa folklórica, eso sí, procedente de la región de Veracruz, México, que estuvo tocando casi siete décadas y con la que llegó a lanzar tres álbumes. El más reciente está titulado como la emoción que provocaba cuando lo veías salir al escenario con su inconfundible guayabera y su sombrero panameño: “Amor, amor”.
“Lo voy a extrañar mucho. Me gusta pensar que era un miembro de la familia”, dijo el artista Lorenzo ‘Lecho’ Moraza a VC Star.
Moraza conoció a Montes cuando tocaban en bandas chicanas como el Conjunto de los Perros, a mediados de los 70’. Cantaban canciones sobre las luchas campesinas, baladas, corridos y “jorachos”, la música típica de Veracruz.
La pintura también fue una pasión para él. Un verdadero artista chicano en cuyas obras retrataba el México de los agricultures y los músicos tradiciones, combinado con imágenes aztecas y de la Virgen de Guadalupe.
Generoso y comprometido con su gente, la “Big X” trabajó en una biblioteca comunitaria, fundó e impartió cursos de arte y música para niños y colaboró con adolescentes en situación de riesgo.
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De esta época de intensa actividad social quedó un mural en el Chino’s Market de Santa Paula, además de De Colores Art Show, que fundó en 1994 y cuyas obras beben de artistas como Dolores Huerta o César Chávez.
“Era un espíritu libre”, dijo su hija, Anica Walls. “Creo que esa era su pasión: dar de sí para hacer del mundo un lugar mejor”. Walls recordó la vida sencilla de su padre, su entrega, su energía y el entusiasmo y el amor que lograba contagiar por el arte y la música. Motivo por el cual fue honrado con numerosos premios al liderazgo latino, e incluso fue considerado ciudadano del año en 2004 por la Cámara de Comercio de Santa Paula.
Para Jennifer Heighton, directora ejecutiva del Museo de Arte de Santa Paula, donde se encuentra la Colección De Colores fundada por Xavier Montes, “era un artista, músico, curador y mentor increíble”. Heighton también destacó su trabajo con los jóvenes, a los que ayudó a desarrollar sus habilidades.
“En su estudio de De Colores enseñó a los estudiantes no solo a tocar música, sino también a apreciar la cultura”, dijo.
Su facilidad para atraer talento a Santa Paula y crear vínculos con Los Ángeles y “con todo el suroeste” consagró a De Colores como un evento musical y artístico extraordinario en la región, llegando a organizar exposiciones durante dos infatigables décadas.
Aunque tal vez quien mejor definió su espíritu -como una antorcha-, fue Javier Gómez, el director artístico del Centro de Artes Inlachek de Oxnard, quien lo llamó “tlamatini”, un término náhuatl que significa “hombre sabio”.
“Nos mostró cómo sentir nuestros corazones, ver nuestros verdaderos rostros y expresar nuestra alma”, concluyó Gómez.
Eso es lo que hace un artista.
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