Se calculan unos 30 mil mariachis solo en México y eso sin contar todas las agrupaciones repartidas por el globo. Sin embargo, solo una banda ha sido la primera en romper con muchos estereotipos de la propia comunidad latina al presentarse como grupo íntegramente LGBTQ que cuenta, además, con el primer componente mariachi transgénero del mundo.

Yair Hernández entrevistaba recientemente a Mariachi Arcoíris para Milenio para saber cómo les había afectado la pandemia, la caída de ingresos de la música en directo y el distanciamiento.

Carlos, líder de la banda, se mostraba positivo y ambicioso respecto a volver a reunirse y sus metas como banda folclórica que toca en California.

This is how Arcoiris does sectionals! #Mariachi #lgbtq #gay #lesbian #bisexual #transgender #nonbinary #queer #genderfluid #mariachiarcoiris #cuir pic.twitter.com/JYYu4Tz5A8

— Mariachi Arcoiris de Los Angeles (@mariacharcoiris) January 23, 2021

Su historia de empoderamiento y representación artística tiene más que ver con la propia trayectoria de los integrantes que con el género, ya que tocan tradicional música de cajón.

Carlos fundó Mariachi Arcoíris a inicios del 2000, cuando salió del armario en la universidad, pero duró unos meses hasta que se disolvió. El motivo para juntar una banda LGTBQ radicaba en las anteriores malas experiencias cuya resolución pasaba por hacer frente a los estereotipos.

Separados los miembros del grupo en otras formaciones, se encontraron con que esos crueles fantasmas y prejuicios pervivía en las otras bandas en forma de acoso, burlas o bulling, así que en 2013 decidieron volver a reunirse.

Desde entonces han venido tanto representando como otorgando un espacio seguro para repensar los arquetipos ocultos tras la música tradicional. Han tocado en eventos LGTBQ como Long Beach Pride o Transgender Pride. Sacaron su propio disco en 2018 llamado Los Arcoiris con temas clásicos como A mi manera o Así son los hombres.

Precisamente la creación de estos nuevos espacios para las antiguas tradiciones ha permitido la oportunidad de un grupo sin tabúes a Natalia Meléndez, la primera mujer transgénero mariachi que puede jactarse de ello. En la misma entrevista explican cómo la banda supone un reto a los prejuicios no solo de los oyentes sino también para las otras bandas, entre las que luchan por ganarse el respecto.

Carlos señala que la gente se les acerca para explicarles que encontraron en ellos el valor para salir del armario, lo que cierra de algún modo con la finalidad de su proyecto tan artístico como profundamente político:

“Representamos a la comunidad latina ante la comunidad LGTBQ. Podemos mostrar lo bonito que es la música mexicana y podemos borrar esos estereotipos que piensan ellos de que el mariachi es el Jarabe Tapatío y ya”.