Aunque el mundo de la música urbana mueva ya millones de dólares eso no ha impedido que el habitual clasismo académico deje el tema de lado en su vertiente ensayística, que permanece menos explorado que el de otros géneros como el rock o el folk.

Dembow versus hip hop dominicano es un ensayo que viene a suplir esas lagunas mediante una investigación que abarca a Wilfrido Vargas, Eddu Herrera, Freddy y Boruga, El Alfa, Bad Bunny o Vico C, entre otros. Se centra en analizar las expresiones musicales populares y recientes en las diversas zonas de la República Dominicana.

También aborda el dembow, nacido en Jamaica y Puerto Rico pero que evolucionaría en la zona hasta el nacimiento del dembow dominicano a inicios del milenio. El autor profundiza en su corta historia para buscar los antecedentes y los productores más importantes.

Finalmente compara los números de escuchas las grandes plataformas como Spotify o Youtube para mostrar la tesis de que es el más escuchado de todos los géneros dominicanos y para preguntarse públicamente hacia donde se dirige.

El autor es Roddy Pérez, ejecutivo de proyectos de la industria cinematográfica y musical, fundador de Premios Latin Videoclip Awards, productor de la edición televisiva de Premios Oscar 2020 en República Dominicana, productor de la película Héroes de Junio que le otorgó el premio del público en el Festival de Cine Dominicano 2019.

Pérez es también el primer dominicano en la historia seleccionado al Berlinale Talents Campus de Alemania, premio al mejor productor latino en el Morelia Lab del Festival de Cine de Morelia en México y Premio Regional de Literatura Dominicana J. Armando Bermúdez.

El libro está disponible en más de 30 países a través de las plataformas Amazon y Apple Books.

Existen términos que nacen en la esfera de la publicidad para posteriormente lograr redefinirse en función de tendencias de mercado. Es el caso de la novela gráfica pero también el de la música urbana, dos nuevas categorías enfocadas en el mercado que con el tiempo acabaran generando sus nuevos códigos y fórmulas.

En el caso de la música urbana funcionaba éste como un amalgama para el mercado anglosajón a partir de los años setenta de toda una serie de música afrodescendiente como el funk, soul o dancehall. Con el tiempo el término urbano encapsularía también a multitud de derivados del hip hop tradicional como lo fueron el trip hop, el trap de Atlanta o la música drill.

En los últimos tiempos, después de las diversas mutaciones del reggaetón, la música latina y dominicana ha caído en este mote genérico, tal vez más consciente de la existencia de un mercado global, que reúne ahora los nuevos cantantes de hip hop latino, Latin Trap, neo perreo y derivados del mambo.