Discípulos de Benito: ¿Se ha convertido Bad Bunny en el mesías de una nueva religión?
Dos fans del artista crean un curso online sobre Bad Bunny cuyos fondos se destinan a trabajadores indocumentados y bancos de alimentos.
“Se ha convertido en una bola de nieve”, Sarah Cox, asistente legal en un centro para jóvenes indocumentados, no sabe a ciencia cierta cómo lo que empezó siendo un intento de convencer a una compañera de trabajo de que Bad Bunny era lo más ha dado forma a un grupo de estudios basado en la figura del artista reggaetonero.
Su magnánima y marchosa persona sirve para que los fans del artista reflexionen sobre las cuestiones más variopintas, desde la inmigración, la influencia que tiene un artista latino blanco en las personas racializadas o la particular ética de hacer lo que te venga en gana. Un misterio.
De forma semanal, Erika Vera y Sarah Cox, de 29 años, imparten el curso Bad Bunny 101 a través de zoom. No son expertas sino devotas fans, dicen.
Sin embargo, quienes asisten a las clases deben entregar tareas y participar muy activamente en los debates que van más allá del mero gossip sobre el artista y son todo un ejemplo académico de cómo hacer historia cultural a través de sus canciones o su activismo político. Una suerte de Culto al Conejo, tan emocional como intelectual.
"Ella se obstinó en no entrar en Bad Bunny, a pesar de nuestro proselitismo casual", cuenta Sarah a Remezcla, que admite que comenzaron a recopilar contenido relacionado con el artista, luego de eso la bola se hizo imparable. Hasta un punto en el que hablar de Bad Bunny es lo mismo que mirar a través de sus ojos, un ejercicio de “pensamiento crítico” sobre la realidad social y política de los latinos.
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Pero también una forma sin precedentes de ayudar a la comunidad.
Los alumnos se reúnen los jueves por la noche a través de zoom. Las clases cuestan de 5 a 10 dólares aunque, añaden, no se rechaza a nadie que no pueda pagar.
El dinero se destina a organizaciones benéficas: el Fondo del Consejo de Liderazgo Juvenil del Estado de Nueva York para la Juventud Indocumentada, el Fondo de Trabajadores Sumergidos del Movimiento Cosecha y el Banco de Alimentos de Puerto Rico.
Contrariamente a lo que pueda pensarse, no hace falta saber nada sobre reggaetón para entrar en el grupo, pero las devotas del Conejo sí que exigen algunos requisitos: sobre todo, seguir a Benito allá donde haga aparición, leer los artículos y ver los vídeos que vayan encargando durante el curso y participar en lo que Cox llama “conversaciones jugosas”.
Desde su puesta en marcha, Bad Bunny 101 ha tratado temas como la masculinidad tóxica, la historia del reggaetón ligada a las raíces afro del género, la visibilidad queer y el activismo político, y ahora están trabajando la liberación de Puerto Rico. Todo ligado, bien atado a la figura política y musical de Bad Bunny, que ha dado el salto ya fuera del escenario y se cuela cual divinidad en todos los aspectos de la vida latina.
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