Históricamente, los músicos profesionales o los trabajadores del mundo del espectáculo han vivido una carrera marcada por la inestabilidad. Sus actuaciones y los ingresos que perciben dependieron siempre de muchas variables. Pero la irrupción de la pandemia del coronavirus les atestó un golpe durísimo.

Según Unesco, el organismo de Naciones Unidas dedicado a la cultura, ciencia y educación, “la situación de muchos artistas ha pasado de ser precaria a insostenible, poniendo en peligro la diversidad de la creación”.

En un informe titulado “Repensar las políticas para la creatividad”, analiza en profundidad el estado de salud del sector cultural con gráficos, análisis y casos concretos de las situaciones que atraviesan muchos artistas.

La anulación de actuaciones en directo por la alarma sanitaria mundial golpeó especialmente a los creadores emergentes, y con especial dureza a los latinos. En América Latina, casi dos terceras partes del sector (66%) son trabajadores autónomos. En la Unión Europea, por ejemplo, representan un 33%. Si bien la popularización de los servicios de streaming, como Spotify, hicieron incrementar los ingresos mundiales de la música un 7%, se incrementaron también las brechas de beneficios entre países desarrollados y en desarrollo. El 95% de las exportaciones de servicios culturales de 2019, año en que generaron 117.400 millones de dólares, correspondieron a países desarrollados.

Ante la precaria situación de muchos creadores, incapaces de asumir las cuotas que deben pagar como trabajadores autónomos, el informe propone una solución que parece difícilmente aplicable: garantizar una renta mínima. “La crisis ha hecho que se reclame una renta básica universal y un salario mínimo que se aplique a todos los modelos de empleo en los sectores culturales y creativos”, reclamó Unesco.

Por ello, proponer “plantear la cultura como un bien público global”, e incentiva a los estados a dar más importancia a las artes creativas. No obstante, los músicos son conscientes de que difícilmente cambiará su frágil situación. “La inversión pública en cultura lleva 10 años disminuyendo. Las regulaciones son insuficientes o inadecuadas y las carencias de competencias en el entorno digital aumentan desigualdades”, apuntó el informe. Los países en desarrollo afrontan mayores barreras en la obtención de visados para viajar y financiación exterior, entre otros obstáculos.

Unesco considera que la cultura es un motor para el desarrollo sostenible y un vehículo fundamental para reducir desigualdades. Más allá de la cuestión económica, la organización remarcó otra cuestión especialmente preocupante: “los ataques a la libertad de expresión artística siguen aumentando en todo el mundo, y van desde la censura a los asesinatos”.

Como parte positiva, incide en las extraordinarias posibilidades que ofrecen las plataformas de streaming. De Sur América, puso como ejemplo a “Retina Latina”, una plataforma digital de emisión gratuita dedicada al cine latinoamericano”, impulsada por el Ministerio de Cultura de Colombia, en cooperación con Bolivia, Ecuador, Perú, México y Uruguay. “Se puede acceder al 8% del catálogo desde todo el mundo y ofrece acceso gratuito para los residentes en América Latina y el Caribe”, valoró el informe.