Trucha panza arriba
“Trucha panza arriba” del guatemalteco Rodrigo Fuentes es una colección de cuentos bien logrados, retrato de las pequeñas historias de Guatemala y toda América…
Despertar y ver toda la cría de truchas con la barriga asoleándose, flotando mientras van cogiendo olor, saber de una vaca insurgente con mañas de perro, un perro perdido y los afanes de un hombre por encontrarlo mientras resiste el síndrome de abstinencia, una comunidad que resiste... Estos son algunos de los personajes en “Trucha panza arriba”, la colección de cuentos del guatemalteco Rodrigo Fuentes.
“Trucha panza arriba” recoge cuentos que hablan del modesto mundo de la vida rural en Guatemala o, a lo sumo, de la vida en un conjunto residencial. Son cuentos sin grandes pretensiones, no trata de refundar la literatura latinoamericana, simplemente narra una y otra vez el pequeño mundo de ese conjunto de personajes que escogió para tener cerca una temporada, la temporada que haya durado la escritura del libro.
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Al hacerlo, Fuentes nos permitió acercarnos a la belleza simple de ese mundo a veces precario. De ese mundo que tampoco tiene grandes pretensiones, pero por eso mismo lo podemos encontrar una y otra vez en los campos guatemaltecos, colombianos, cubanos, argentinos. El mismo perro se pierde una y otra vez en esta ciudad y aquella, mientras un padre y una hija caminan de la mano en su búsqueda. Las cosechas se dañan, los animales se mueren, las familias sufren, de algún modo se recuperan y ven pasar el tiempo.
La mejor hora es el atardecer, cuando nos reunimos alrededor de los tanques. Ermiña sale de la covacha, las niñas van apareciendo de entre la selva acompañadas de Balú, y yo traigo el costal de alimento de truchas. Cada uno agarra un puñado. Nos arrimamos a la orilla del tanque, contamos hasta tres, y juntos lanzamos el manojo al cielo. Al nomás caer, la superficie se alborota con el chapoteo de las truchas. Ahí es cuando me encanta ver a mis niñas, sus bocas medio abiertas y los ojos grandes, como si lo vieran todo por primera vez. Ermiña se sonríe en silencio, atenta también a nuestras hijas, y entonces me llena una felicidad que sólo siento cuando subo por mi cuenta al peñón en lo alto de la sierra. Esperamos a que el chapoteo se vaya apagando, los últimos coletazos de las truchas brillando en esa luz de la tarde, y luego entramos juntos a la covacha para cenar. (P. 17)
Parece que Fuentes hubiera decidido quedarse a observar ese pequeño universo para llevarnos a recorrerlo con paciencia y la modestia de quien sabe que está ante algo preciado y frágil. Algo que es preciado y frágil precisamente porque no cree que lo sea. Algo cuyo valor sólo entendemos cuando apreciamos la belleza del hogar visto desde lejos.
“Trucha panza arriba” ha sido publicada en Guatemala, Bolivia y Colombia y traducida al inglés y francés, fue finalista del Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez. Este libro de cuentos también le valió ser incluído en Bogotá 39, una selección de los 39 mejores escritores, menores de 39 años de América Latina.
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