Natalie Diaz: 'Poema de amor poscolonial'
Los poemas de Natalie Díaz desafían la noción de bondad americana y crean algo más poderoso que la esperanza: el amor
Natalie Díaz nació y creció en el poblado indio de Fort Mojave, en Needles, California, a orillas del río Colorado, y si hay algo que puede identificarse en su obra poética es el orgullo de sentirse mojave.
Su primer poemario, 'When My Brother Was an Aztec', fue publicado por Copper Canyon Press en 2012. En estos poemas de distintiva y clarividente voz , pone en primer plano las particularidades de la dinámica familiar y la pasión individual con el telón de fondo de la intensidad mitológica de la vida tribal y una historia cultural profundamente arraigada.
Nueve años después. Diaz publica "Poema de amor poscolonial", una oda poética a las raíces, a la tierra, al lenguaje, merecedora del Premio Pulitzer de Poesía 2021. La obra poética de Díaz es "una colección de poemas tiernos, desgarradores y desafiantes que exploran lo que significa amar y ser amado en una América acosada por el conflicto", reza el sitio del Pulitzer.
En este poemario, Díaz recupera para su tribu el sentido de la dignidad, el lugar, la singularidad, y la singularidad de su propuesta la sitúa en el nuevo movimiento posthumanista. El mensaje que transmiten sus versos es que las fronteras no se temen, se habitan. Las minorías étnicas no se desprecian, se abrazan.
"Vengo de una comunidad de narradores. Crecí rodeada de historias sobre nuestra tierra y el agua, sobre los sucesos extraños y desafiantes de la realidad de mi desierto -descubrir la noche agitándose en el sueño en una duna de arena iluminada por la luna; escuchar a un búho llamándote para que "te acerques y mires", escribió la autora en la revista Alta en enero de este año.
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Díaz, que es profesora de escritura creativa en la Universidad Estatal de Arizona, escribe un tipo de poesía que declara, a través de una rica gama de formas, lo que es ser mojave y mexicano en los Estados Unidos de hoy, "así como lo que es ser una hermana, una amante, una amiga, una poeta, y la multitud de otras identidades que Díaz, como muchos de nosotros, lleva dentro", según un reportaje del LA Times.
Al mismo tiempo, exige a sus lectores que se interroguen sobre los mitos con los que crecimos como estadounidenses, ahora que muchas de las cuestiones de raza y opresión que han plagado el pasado y el presente del país se están convirtiendo en el centro de las conversaciones sobre el futuro.
"En la poesía es donde me reconozco. Empecé a escribir poesía porque era lo que me esperaba, un regalo al que llegar. Todavía lo estoy consiguiendo; siempre está por delante de mí", escribió en Alta.
Como dice su editorial, "Poema de amor colonial' (cuya segunda edición es bilingüe español inglés) es un homenaje al deseo frente a la amenaza de ser borrado. La brillante segunda colección de Natalie Díaz exige que cada cuerpo que aparece en sus páginas -cuerpos del lenguaje, de la tierra, de los ríos, de los hermanos que sufren, de los enemigos y de los amantes- sea tocado y sostenido como amado. A través de estos poemas, las heridas infligidas por América a un pueblo indígena se dejan florecer de placer y ternura: "Déjame llamar a mi ansiedad, deseo, entonces. / Déjame llamarlo, jardín". En este nuevo paisaje lírico, los cuerpos de las mujeres indígenas, latinas, negras y morenas son simultáneamente el cuerpo político y el cuerpo extático. Al reclamar esta autonomía del deseo, el lenguaje es empujado a sus bordes oscuros, los asombrosos campos de dunas y bosques donde el placer y el amor son a la vez pena y alegría, violencia y sensualidad.
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