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La edición española de Granta lanzó su primera lista de los mejores escritores jóvenes en lengua española en 2010 con una repercusión internacional muy amplia.
La edición española de Granta lanzó su primera lista de los mejores escritores jóvenes en lengua española en 2010 con una repercusión internacional muy amplia. Fuente: Amazon

Marcando la diferencia: la literatura contemporánea en Cuba y Colombia

Dainerys Machado y José Ardila, de Cuba y Colombia respectivamente, entre los 25 mejores narradores jóvenes en español según la revista Granta.

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Pedro & Daniel

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La revista Granta nació en Londres en 1889 con el objetivo de dar a conocer la mejor literatura del momento. No fue hasta 2003 que lanzaron la edición en español de la revista con la idea de buscar una plataforma para la comunicación transatlántica con el mercado en español, igual que se había hecho con la literatura estadounidense durante esos años. 

“Nos dimos cuenta que desde los años 80, cuando traducimos a los escritores del  “boom” latinoamericano, hasta finales de los 90, no habíamos publicado a ningún autor hispano. Así que decidimos lanzar Granta en español para descubrir autores emergentes o trabajando nuevas formas, más allá de traducir a los veteranos”, explica la escritora y editora Valerie Miles, cofundadora de Granta en español, en una charla celebrada hace un mes en Casa América Barcelona. 

La charla tenía como invitados a los escritores latinoamericanos Dainerys Machado y José Ardila, de Cuba y Colombia respectivamente, dos de los 25 mejores narradores jóvenes en español de la actualidad, según la revista Granta. 

La prestigiosa revista hizo por primera vez en 2010 una lista de los mejores escritores en español con más proyección. Allí figuraban nombres como los argentinos Patricio Pron, Andrés Neuman, Samanta Schweblin; el peruano Santiago Roncagliolo; el chileno Alejandro Zambra y el colombiano Andrés Felipe Solano. En  2021, una nueva generación de creadores tomó el relevo; veinticinco fueron los elegidos. Las cualidades sonoras del lenguaje escrito, la riqueza del idioma y la renuncia al español neutro son los rasgos que definen a esta nueva generación de escritores. 

“La ficción para mí va de la mano de mi progreso migratorio, el impulso me vino desde que salí de Cuba. Entendí una nueva forma de escribir desde fuera, desde el lenguaje, era una forma diferente de ver tu cultura”, explica Dainerys Machado Vento (Habana, 1986). Machado estudió periodismo en Cuba y más adelante emigró a México para estudiar una Maestría en Literatura Hispanoamericana y luego establecerse en Estados Unidos, donde acaba de terminar un doctorado en la Universidad de Miami. En el número de Granta publica un cuento llamado “El color del globo”, ambientado en la historia de una pareja que llega a una fiesta en Miami, "y desvela todos los patrones de conducta que los migrantes asumen cuando llegan a una sociedad diferente", explicó.

Uno de sus referentes es el escritor cubano Guillermo Cabrera Infante, especialmente gracias a la novela “Tres tristes tigres”, con quien comparte que el hecho de estar fuera de Cuba es  “una forma de descubrir Cuba desde un lugar que no era la isla. Pero no por ello hay que renunciar a las raíces, a una forma de hablar, a un acento”, dice Machado, autora de “Las noventa Habanas” (Katakana, 2019) un libro de cuentos que tiene como protagonistas a las mujeres de La Habana. 

Otro de los invitados a la charla era el colombiano José Ardila (Chigorodó, 1985), nacido en el caribe colombiano. Su cuento, “Juancho, Baile”, está basado en un personaje real, alguien que veían al salir del colegio. “Era un tipo negro,  gigante, muy fuerte, pero de postura muy frágil, indefenso incluso ante niños como nosotros, porque tenía un retraso. Cuando le gritaban "Juancho, baile" se ponía a bailar en medio de la calle”, explicó. 

En el cuento el autor habla de la infancia, de la crueldad, la dignidad, de la familia, del aburrimiento, de la soledad, de las clases sociales... es el mundo en un barrio, en Calle Estrecha, donde se escuchan muchas formas distintas de hablar. “Urabá es una región que ha recibido gente de orígenes muy diversos. Hay personas del Pacífico, del Caribe, del interior del país… Hay indígenas, negros chocoanos, negros caribeños, blancos, mulatos y todas las variaciones del mestizaje… Y cada uno de esos grupos habla un español diferente, que se ha venido mezclando con los años, como la comida. No puedo escribir en español neutro si crecí en un ambiente tan diverso. Es genéticamente imposible”, dijo, insistiendo que su cuento quería que sonara como si fuera música. Igual que el idioma español con toda su riqueza y diversidad.