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Elizabeth Acevedo ha ganado importantes premios literarios como el Premio Pura Belpré de literatura por su exploración de la experiencia cultural latina. 
Elizabeth Acevedo ha ganado importantes premios literarios como el Premio Pura Belpré de literatura por su exploración de la experiencia cultural latina. 

Educación: Señalan un libro de Elizabeth Acevedo de “asalto a la cristiandad”

Una familia demanda a la escuela de sus hijos por incluir en la lista de lecturas Poet X, la premiada novela juvenil de la autora afrolatina

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Xiomara Batista es, como la mayoría de adolescentes, una joven con un millar de dudas en su camino y un don para la poesía, con la que ella trata de explorar su pequeño mundo de Harlem, la relación con sus padres, su círculo de amigos y, sí, la estricta educación religiosa impuesta por su madre. 

Xiomara, la protagonista de la novela Poet X, de Elizabeth Acevedo, cuestiona sus enseñanzas y su propia fe, lo cual la convierte en alguien bastante profundo, ¿no creen? Dudar es tan necesario en esta vida como el agua o el alimento. 

Sin embargo, una familia de Carolina del Norte no parece estar de acuerdo con que sus hijos estén expuestos a perspectivas diferentes de las que ellos pretenden inculcarles -que es, asimismo, una de las funciones de la literatura.

La semana pasada, el diario Charlotte Observer publicó la noticia de que los Coble, cuyo hijo estudia noveno grado en la escuela Lake Norman Charter de Huntersville (Carolina del Norte), han demandado a la institución por introducir en su lista de lecturas Poet X, una novela que ha recibido múltiples premios, entre ellos el National Book Award y el Premio Pura Belpré de literatura por su exploración de la experiencia cultural latina

La familia cree que las reflexiones de Xiomara, la protagonista, y sus dudas religiosas suponen un “asalto a la cristiandad” y una violación de la Primera Enmieda.

Si bien la escuela planteó una lectura alternativa para el hijo de los Coble y otros estudiantes en su situación, los padres no se dieron por satisfechos y han pedido a los tribunales federales que retiren el libro de la lista de lecturas. 

Lo que bien mirado es a su vez un intento de censura que atenta también con la libertad de expresión e incluso contra el sentido y los valores de la educación, que es preparar a los jóvenes para que se enfrenten al mundo. 

Que es justamente lo que defiende esta escuela de Huntersville, el presidente de cuya junta, Rick Buckler, declaró que “no caerán en la presión de censurar Poet X o cualquiera de las otras selecciones literarias”.

"En su lugar, elegimos ver esto como una oportunidad para compartir los valores fundamentales de nuestra escuela y para modelar la navegación de las diferencias de opiniones y perspectivas de manera respetuosa y civilizada", afirma en la declaración. 

La disputa sobre Poet X no es nueva, surgió este otoño cuando los Coble y otros padres trataron de presionar a Lake Norman Charter para que eliminase este libro que, por cierto, lleva enseñándose en la escuela los dos últimos años. 

"En el LNC, ninguna selección literaria es obligatoria", dijo la escuela. "Si un elector no se siente cómodo con el tema de un material, se acepta su perspectiva y se ofrece una selección alternativa. La familia Coble rechazó esta opción", dijeron.

Asimismo, la institución aseguró que novelas como la de Acevedo buscan inculcar un “pensamiento diverso y una gama de opiniones y perspectivas para aumentar la conciencia de los estudiantes, expandir su pensamiento y, en última instancia, ayudarlos a crecer y alcanzar su pleno potencial".

Una lectura “entrelíneas”

En tanto, y según publica Charlotte Observer, el abogado de los Coble, Joel Bonurant, arruga la palabra para extraer del discurso de Poet X esas invitaciones anticristianas. 

En su demanda cita uno de los poemas que aparecen en la novela, donde la joven protagonista afrolatina dice que Jesús es algo así como un amigo que le envía demasiados mensajes de texto. En otro fragmento, Acevedo describe a María, la madre de Jesús, como una virgen embarazada que probablemente se asustó mucho. 

"El plan de la escuela de enseñar el libro a las mentes jóvenes e impresionables en su escuela secundaria pública va en contra del precepto básico que sustenta las Cláusulas de Religión - que el gobierno debe permanecer neutral en los asuntos de religión y ciertamente se le prohíbe promover o respaldar materiales que exhiban hostilidad hacia cualquier religión en particular", cita la demanda. 

Desgraciadamente, otras muchas obras han participado de polémicas similares en las escuelas. Sucedió con Matar a un ruiseñor y con El Diario de Ana Frank, y también con Tango Makes Three, un libro ilustrado sobre una familia de pingüinos macho. 

La literatura, en tanto que arte, no debería estar sujeta a ningún tipo de moral a menos que deseemos cancelarla y -ya les adelantamos-, en una época fiscalizadora como la que vivimos, de la que muchos dicen que es el principio de una segunda Edad Media, aceptar presiones de censura es condenar la cultura a muerte. 

Y a sus consumidores y productores culturales a una nueva caza de brujas.