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La chef María Marte protagoniza una historia cercana al realismo mágico de su Caribe natal
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De friegaplatos a chef de alta cocina

La dominicana María Marte emigró a Madrid para fregar platos y se fue siendo chef con dos estrellas Michelin

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María Marte recuerda que de pequeña, en su Jarabacoa (República Dominicana) natal, mientras sus amigas jugaban con muñecas, ella jugaba con fogones.

Cocinar es algo que lleva en la sangre, reconoce, pero cuando en 2003 decidió emigrar a España para ganarse la vida como friegaplatos, dejando a sus mellizas de tres años atrás, nunca imaginó que su futuro estaba en la alta cocina. 

La casualidad, o el destino, hicieron que fuese a parar a El Club Allard, un restaurante de prestigio de la capital española. Allí empezó limpiando suelos y fregando platos. “Del suelo al cielo”, bromea en una entrevista reciente con Casa América Madrid. 

En esos dieciséis años que trabajó en el Club Allard, Marte tuvo la oportunidad de ir acercándose a los fogones, aunque sin abandonar nunca las tareas de fregado. En 2006 ya era la mano derecha del chef, un año más tarde consiguieron la primera estrella Michelin, en 2011 la segunda. Cuando el chef se marchó, le propusieron liderar la cocina, y Marte aceptó el reto. 

“Fue a base de creatividad, de ir mezclando sabores de la República Dominicana con la alta cocina, que logré mantener las dos estrellas Michelin”, explica con humildad la reconocida chef, que a día de hoy sigue “soñando, luchando y cocinando”.  Con estas palabras tituló precisamente su primer libro, ‘Soñar, luchar, cocinar: La fascinante historia de una mujer que comenzó fregando platos y alcanzó las estrellas’, publicado en 2016 por la editorial Espasa. 

 En el libro, la chef de El Club Allard nos descubre los sabores, los olores, los secretos de su cocina y las recetas que la han acompañado desde su infancia, manteniendo viva la esperanza de cocinarlas algún día y llenar sus platos con el aroma de la felicidad. Una historia de desarrollo y  superación personal, que hoy sirve de inspiración para decenas de mujeres inmigrantes de América Latina que llegan a España o Estados Unidos en busca de un futuro mejor. 

En 2017 Marte fue galardonada con el premio a la innovación Eckart , uno de los reconocimientos internacionales más prestigiosos del mundo, valorado en 50,000 euros ( USD 53,700 ). Con ese dinero en el bolsillo, decidió regresar a República Dominicana y poner en marcha un proyecto para ayudar a niñas desfavorecidas de su país. El proyecto consistía en financiar los estudios de cocina de un año en una escuela de cocina de Madrid, con posibilidad de hacer prácticas en El Club Allard. 

“No quiero que ninguna joven pase por lo mismo que yo, fue muy duro llegar a la cocina sin dejar de fregar platos”, explicó en Casa América. 

Con la pandemia, el proyecto quedó interrumpido, pero ahora lo ha retomado de una forma más ilusionante todavía: abriendo su propio restaurante/escuela en la República Domincana, donde ella será la maestra.  

Por otro lado, Marte ocupa el cargo de Embajadora de la Cultura de la Secretaría General Iberoamericana (Segib), dando voz a temas tan importantes como la seguridad alimentaria, la sostenibilidad y el empoderamiento femenino.