La boliviana Liliana Colanzi gana el premio Ribera del Duero de cuentos
Profesora de Literatura en Cornell University, Liliana Colanzi mezcla ciencia-ficción y realismo andino en 'Ustedes brillan en lo oscuro'
Con apenas 41 años y ningún título publicado en alguna de las grandes editoriales de habla hispana, la escritora boliviana Liliana Colanzi (Santa Cruz, Bolivia, 1981) se ha consolidado como una de las estrellas más prometedoras de la literatura latinoamericana.
Colanzi se alzó esta semana con el premio internacional Ribera del Duero de cuentos con el libro de relatos “Ustedes brillan en lo oscuro”, (Páginas de Espuma) que saldrá a la venta en mayo en España y Latinoamérica.
Tras serle concedido el premio en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, la autora explicó que su libro presenta "un interés por dislocar el tiempo, por entenderlo más allá de la corta vida humana; nos movemos por sedimentos históricos y geológicos que nos definen y que es posible escarbar y remover en la escritura".
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“Vino a mí la imagen de una cueva a lo largo de los siglos ,eso dio lugar al primer cuento”, añadió Colanzi. “La cuestión de la radiactividad fue apareciendo en más de una historia, me intriga el poder de lo invisible, esos demonios radiológicos que han castigado América Latina en varios accidentes. Otros suceden en el Amazonas, lugar de origen de mi madre, en las ruinas que dejó la explotación del caucho. Escribo, en fin, para recordar que el mundo es un lugar extraño, terrible pero también lleno de belleza”.
Colanzi, de formación periodista y actualmente profesora de Literatura en Cornell University, está considerada uno de los nombres más destacados de la literatura latinoamericana actual. Ha publicado ya otros libros de cuentos, como 'Vacaciones permanentes' (2010), 'Nuestro mundo muerto' (2016) y Chaco (2020). En ellos, se refleja su experiencia como inmigrante, que ya empezó de niña: hija de madre boliviana y padre italiano, creció en un pueblo fronterizo con Brasil, en plena selva, donde su padre había sido desplazado por trabajo.
“Mi padre llegó a Bolivia con 17 años y su español estaba atravesado por palabras del portugués, algo que cuando era más chica me avergonzaba”, comentó la autora en una charla con Casa América Catalunya el año pasado. Colanzi, que ahora se considera una inmigrante en EE.UU, admite que una de las principales barreras para integrarse fue el idioma:
“Esos tropiezos a la hora de expresarnos son siempre una barrera para recordarnos nuestra condición de “otros”, de inmigrantes, en un país al que pertenecemos y a la vez no pertenecemos del todo”, reconoció durante la charla. Y añadió: “En Bolivia mismo, el buen hablar, el correcto hablar, es una excusa para discriminar a campesinos que hablan con palabras del aimara, del quechua.. y por ello son objeto de burla”.
Por esta razón, Colanzi dice que su escritura “ha desordenado” su relación con las palabras: “me gusta romperlas, incorporar expresiones incorrectas, porque creo que hay una belleza en este lenguaje torcido”, concluyó.
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