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Hernán Cortés and Montezuma's ambassadors. Painting by José Galofré (1854). Archivo General de Indias / Wikimedia
Hernán Cortés and Montezuma's ambassadors. Painting by José Galofré (1854). Archivo General de Indias / Wikimedia

Choque de imperios: imaginando el encuentro entre Cortés y Moctezuma

En ‘Tu sueño imperios han sido”, el escritor mexicano Álvaro Enrique recrea el histórico encuentro en el palacio de Tenochtitlán el 8 de noviembre de 1519

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"Tu sueño imperios han sido" . Estos versos del poeta español Calderón de la Barca sirven al autor mexicano Álvaro Enrigue para dar título a su última novela, un relato que recrea de forma fantástica el encuentro entre Hernán Cortés y Moctezuma el 8 de noviembre de 1519: un encuentro que pondría en evidencia el  enfrentamiento entre dos imperios, dos culturas, dos idiomas, dos cosmovisiones: el de España (Carlos I) y el que dominaba Moctezuma desde su palacio de Tenochtitlán. 

“No es una novela documental y no quiere ser una lección de historia… es más un juego y espero que el lector se divierta y acepte el viaje”, dijo a la revista Milenio el reconocido autor mexicano, ganador del Premio Herralde de Novela en 2013.

 

Anagrama, 2022

Dando rienda suelta a la imaginación, Enrigue recrea el momento en que Moctezuma recibe en Tenochtitlan la visita de una pequeña delegación comandada por el conquistador español Hernán Cortés, acompañado de  nueve capitanes, sus dos traductores –el fraile Aguilar y Malinalli, (Malinche) intérprete y amante–, su tropa y sus caballos. Allí los agasaja con una comida la princesa Atotoxtli, hermana y esposa de Moctezuma, acompañada por los sacerdotes, y más adelante el propio emperador Moctezuma recibirá al caudillo Cortés. Unos no han visto jamás en su vida caballos, los otros nunca hasta ahora han probado el chocolate. Los españoles son bien recibidos en la ciudad, pero uno de los subalternos de Cortés, Jazmín Caldera, no se atreve a decirle que lo preocupante nunca había sido cómo llegar a Tenochtitlán, sino cómo salir una vez que estuvieran adentro.

¿Qué sucedió? ¿Qué pudo suceder? ¿Dónde acaba la verdad y empieza la leyenda? ¿Cómo abordar la historia desde la ficción? Todas estas preguntas son las que intenta responder Enrigue. En una novela en la que se mezclan misterios, violencia, ansias de poder y sueños,  el autor trata de dar una versión posible del encuentro que cambió la historia del mundo. 

Asumir el reto de imaginar lo que sucedió ese día es también la respuesta del autor a la  proliferación de bibliografías sobre ese primer contacto que han aparecido en los últimos años. “Las leí todas, y ha cambiado mucho el punto de vista sobre todo lo que pasó con base en documentos como la carta de 1521 de Hernán Cortés y crónicas: todo eso es un campo maravilloso si eres escritor”, reconoció a Milenio. 

“La novela, en su conjunto, privilegia la visión del tambaleante imperio de Moctezuma y el novelista se esfuerza en humanizar el ámbito indígena del que el cruce de diferentes lenguas precolombinas genera una sobreabundancia de topónimos y antropónimos y, junto a ello la denuncia de prácticas de ceremoniales sangrientos y hasta manifestaciones de canibalismo”, observa la crítica del libro en El Correo Gallego.

Nacido en México en 1969, Enrigue ganó el Premio de Primera Novela Joaquín Mortiz en 1996 con “La muerte de un instalador”, una novela  que narra la historia de un artista que, sin darse cuenta, se convierte en la obra de su mecenas, y que consolidó su proyección en México como autor de una nueva generación. 

En 2013 ganó el Premio Herralde de Novela con ‘Muerte súbita” (publicada en inglés como "Sudden Death") una novela de influencias borgesianas que se mueve entre la fantasía y la historia que trata temas tan dispersos y fantasiosos como un partido de tenis ficticio entre el pintor italiano Caravaggio y el poeta español Francisco de Quevedo y la conquista de México dirigida por Cortés.

A la par de su labor como escritor, se ha desempeñado como profesor de escritura creativa en varias universidades de los Estados Unidos, como la de Columbia, Princeton y Maryland; en esta última realizó igualmente un doctorado en letras latinoamericanas.

Actualmente vive entre Ciudad de México y Nueva York, donde ha sido profesor asociado en Lengua y Literaturas Romances en la Universidad Hofstra.