Antonio Ungar: “La ficción es una manera de contar la realidad”
En su última novela, 'Eva y las fieras', el escritor colombiano narra una historia de violencia, corrupción y amor en la selva latinoamericana.
Antonio Ungar (Bogotá, 1974) cree que la convulsa historia de Colombia no puede entenderse si no es a través de la ficción. Por eso, cuando decidió escribir una novela sobre la violencia que sacudía la selva de su país en los años 90, optó por hacerlo a través de un personaje de ficción: Eva, una jovencita de ciudad, de clase media alta, “muy metida en la fiesta, el alcohol y las drogas” y con una niña pequeña cuyo padre no sabe quién es, “ni le interesa”, que decide mudarse a la selva, confiando que así podrá descubrir una nueva forma de ver el mundo y dejar de estar “perdida”.
Sin embargo, lo que no sabe Eva es que en la selva no solo encontrará la naturaleza sorprendente, sino también la guerra, un mundo masculino y muy violento. “Y es que es un poco así, Colombia, tan rica en cuanto a naturaleza, y a la vez tan frágil por culpa de la guerra, tantos traumas, guerras, muertos y injusticias”, explicó Ungar en una charla en Casa América Barcelona en motivo de la presentación de su nueva novela, Eva y las fieras, en diciembre del año pasado.
Ambientada en la Colombia de finales de los años noventa, desgarrada por la guerra que fomentó el Estado entre paramilitares, militares y guerrillas, esta historia puede leerse como una metáfora de un país condenado a repetir sus errores y a empeorarlos, pero también como un viaje hacia el interior del alma de Eva, vida terca que, como la de la selva, se niega a callarse.
“Si hay algo en Eva que también tiene Colombia es que tiene una fuerza muy grande y al mismo tiempo una fragilidad muy grande”, comentó Ungar durante la charla.
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Inspirada en personajes reales, Ungar aborda desde la ficción la vida en un puerto de la selva del Orinoco, en la frontera con Venezuela, una zona que en los noventa estuvo salpicada por el auge de los negocios ilegales, como el narcotráfico, tráfico de oro, y por eso era a la vez una zona muy vital y muy problemática.
“Para escribir crónica de guerra se necesita un talento que yo no tengo, así que hice ficción”, explicó, admitiendo la influencia de Gabriel García Marquez en este sentido. “Para mí la ficción es una manera de contar la realidad”, añadió.
El autor sigue sintiendo una gran fascinación por la selva colombiana, una región ideal para crear ficción, donde se mezclan “todas esas pequeñas comunidades aisladas en la naturaleza, y toda esa gente de ciudad yendo para allá buscando soluciones existenciales a sus vidas. “Se crea una sociedad rara”, concluye, donde conviven todas las enfermedades colombianas: racismo, clasismo, injusticia. “La selva es como un misterios, es muy difícil de interpretar , al menos para el hombre blanco”.
Colaborador regular en revistas en Alemania, Holanda y Estados Unidos, Ungar es autor de los libros 'Zanahorias voladoras' (2003), 'Las orejas del lobo' (2005) y, 'Tres ataúdes blancos', con el que ganó el Premio Herralde de Novela en 2010 Se trata de una farsa en clave de humor negro sobre un dictador de América Latina en un supuesto país, Miranda, que podría ser cualquier país de la región.
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