Una ópera “a ciegas” inspirada en las teorías de Oliver Sacks
El español César Camarero estrena Es lo Contrario, un singular experimento musical y literario con el que busca ampliar la percepción del espectador.
Imagine que sólo por el tiempo que dura un espectáculo, usted no ve nada. Está ciego. Puede que al principio le parezca que no tiene sentido, que es incapaz de seguir la actuación sólo prestando atención a la música, a oscuras. Pero pasado un tiempo, su percepción cambia.
En cierto sentido, se amplía. Como aseguraba el neurólogo y divulgador británico Oliver Sacks, quien escribió sobre cómo los trastornos que sufrimos, incluso los pasajeros, participan en el desarrollo de nuevas capacidades cognitivas.
Esta es la base de Es lo contrario, una nueva ópera del español César Camarero que desde el pasado 13 de mayo abre el telón de La Maestranza de Sevilla (Andalucía), y que se nutre de las teorías de Sacks sobre la capacidad de los seres humanos para sacar partido y sobreponernos a una aparente desventaja.
Durante una hora, los espectadores “contemplan” en la más completa oscuridad una pieza de teatro musical que incluye también fragmentos de obras de Los ciegos de Maeterlinck o textos de 88 sueños del mitólogo, escritor, poeta y músico Juan Eduardo Cirlot.
“Lo que sucede es que al privarnos de la vista, el sentido del oído se agudiza mucho y se percibe de forma nítida el espacio sonoro, que es algo muy importante con lo que juega la obra”, explicaba Camarero, Premio Nacional de la Música en 2006, quien buscaba para esta nueva obra una reflexión en torno al paso del tiempo pero desde una percepción “contraria” a la habitual, como su título indica.
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En sus obras, el madrileño juega a la experimentación y a la aplicación de las posibilidades sensitivas y significativas de la música y la interpretación, como demuestró con su ópera de bolsillo Horizonte Cuadrado, que planteaba cuestiones poéticas esenciales. O En la medida de las cosas, basada en la poesía de la argentina afincada en Estados Unidos María Negroni.
No es la primera vez que las obras y reflexiones de Oliver Sacks sobre las condiciones mentales y la percepción acaban convirtiéndose en una ópera.
En 1986, Michael Nyman produjo una adaptación del libro El hombre que confundió a su mujer con un sombrero (1985), donde el neurólogo describe algunos casos clínicos de sus pacientes y cuyo título se basa en un paciente en concreto que sufría agnosia visual, un tipo de enfermedad neurológica que hace que las personas pierdan la capacidad para reconocer caras y objetos.
El propio Sacks padeció prosopagnosia, que es la incapacidad de reconocer los rostros, y en 2009 perdió la visión estereoscópica debido a un tumor maligno en su ojo derecho. Una lucha que relató en su libro de 2010 Los ojos de la mente.
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