Pan y Circo, es el nombre de un nuevo espectáculo en el que el actor Diego Luna cenará con personas de diferentes orígenes mientras intercambian opiniones personales sobre los acontecimientos actuales de México y el mundo.

A lo largo de siete episodios, el actor se sentará con 38 invitados diferentes (seis por episodio) que van desde activistas, gobernadores, psicólogos e incluso el ex presidente colombiano y Premio Nobel de la Paz, Juan Manuel Santos.

Según el actor, "la conversación de hoy está atascada, está fragmentada y los polos siguen alejándose". 

El objetivo final del espectáculo es preparar el escenario para la reflexión y el debate para que se puedan escuchar varias opiniones. 

Luna y sus invitados también disfrutan de una cena de algunos de los mejores chefs de México, que también juega un papel importante porque, como dijo Luna, "la comida ayuda a desencadenar la conversación".

Algunos de los temas tratados son COVID-19, femicidios, migración, identidad étnica, aborto y legalización de drogas, entre otros.  

El nombre del programa proviene de la clásica expresión latina utilizada por los gobernantes cuando hacían uso del entretenimiento para distraer a los ciudadanos de los asuntos reales. 

La diferencia con el espectáculo es que el pan (o en este caso, una buena comida) se utiliza como una excusa para hablar de temas de actualidad, no como una distracción para descartarlos.

"Pan y Circo nació del deseo de decir que es posible escucharse sin confrontación y promover la reconciliación desde diferentes puntos de vista. Además, soy un chef de armario, un glotón declarado, me encanta cocinar y hablar después de la cena", dijo Luna en una entrevista para GQ.

El objetivo de la conversación es incomodar a la audiencia y concienciar sobre temas actuales y urgentes de la agenda nacional y mundial, que merecen ser afrontados y puestos sobre la mesa.

Pero las conversaciones no son nada pacíficas ya que, como explicó Diego Luna, "están llenas de confrontación, porque eso es México, un lugar de acuerdos y desacuerdos".

Incluso admitió que después de filmar algunos de los episodios, tuvo que enfrentarse a su propia ignorancia. Sin embargo, le ayudó a darse cuenta de que el objetivo final de Pan y Circo era "transformar a una mayor audiencia y promover la curación".