Los Últimos Frikis de Cuba: El “castrismo” trató de cortar las melenas del Heavy, y ahora les paga un sueldo
Los miembros de Zeus la pasaban entrando y saliendo de prisión porque ser ‘metalero’ en Cuba era lo mismo que decir “demonio capitalista”. Pero esa única gira…
Si algo define al heavy metal, aparte de sus molinillos, sus alaridos y los pantalones de cuero de Rob Halford, es su rebeldía contra cualquier tipo de sistema. Pero, ¿qué ocurre cuando una histórica banda perseguida por la policía por su subversión acaba financiada por los mismos que rompieron los vinilos y amenazaron con cortarles las melenas?
El cineasta Nicholas Brennan dedicó diez años a seguir a Zeus, los “raritos” melenudos de una Cuba donde el rock era música capitalista y, por ello ilegal. Hasta que los tiempos cambiaron y el gobierno decidió promocionarles una gira nacional que les hizo entender algo: “Ningún hombre es una isla, pero ellos sí. Ellos eran los últimos frikis que quedaban”.
El documental, que lleva por título “Los últimos frikis” y causó sensación en su estreno mundial, tanto en la ultima edición del DOC NYC como en el Festival de Cine de la Habana, donde agotó entradas, sigue a los componentes del grupo en esa delirante Cuba y explora los cambios entre las jóvenes generaciones y los viejos rockeros. Ahora Zeus recala en Florida para participar en el Festival de Cine de Miami que comienza este 6 de marzo.
Corrían los años ochenta en la Habana de Fidel. La música rock y todo lo que oliese a cultura estadounidense estaba más que prohibido; a los heavy de pelo largo los apodaban “frikis” y su destino era la cárcel. Diony Arce, líder de Zeus, pasó seis años penando en la prisión cubana por su rebeldía musical convirtiéndose en un mártir isleño del ruido y el guitarreo.
No obstante, su sed de multitudes y los cambios políticos y económicos experimentados en Cuba animaron a la banda a aceptar en tiempo reciente un contrato de la Agencia del Rock Cubano, dependiente del Ministerio de Cultura y embarcarse en una gira tan gris como el cabello encanecido ya de estos rockeros. Lo peor está por llegar… El reggaeton y las nuevas tendencias musicales de un mundo globalizado al que Cuba ha empezado a abrirse los condenan al olvido, y el autobús de Zeus va encontrándose con unos jóvenes cubanos que ni entiende su música ni la aprecian. ¿A qué precio se aparca la rebelión?
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"Nos odiaban porque éramos algo diferente", dice uno de los miembros de la banda en el documental. "Pero aquí estamos. Somos los últimos raros de La Habana."
El cofundador de Slayer, el cubanoamericano Dave Lombardo, que realizó la banda sonora de la película, declaró a Rolling Stone que aceptó el proyecto porque “esta la historia porque podría haber sido la mía” y que era “para mi sangre y mi curación”.
También su director, Brennan, dijo en su momento que “esta película es la culminación de una colaboración transfronteriza entre cineastas, músicos y artistas cubanos y estadounidenses que han trabajado juntos durante la última década para compartir esta historia inédita de Cuba con el mundo".
"Es un ejemplo importante para nuestros tiempos actuales de cómo la colaboración y la amistad pueden superar nuestras diferencias políticas", concluyó.
Todo puede ocurrir cuando unos “metaleros” a sueldo del Estado cubano pongan un pie en Miami, bastión de la oposición anticastrista…
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