Curuxa Cinema es una productora que busca resaltar las interacciones entre el cine malagueño español y el latinoamericano fruto del trabajo entre equipos de diversas nacionalidades y siempre buscando conservar las esencias.

Esta productora es el resultado de la historia de la española Inés Nofuentes que viajó a México y terminó residiendo durante siete años, donde surgió esta historia de sinergias que ahora ha querido conservar al volver a Málaga. Entre Guatemala y México afirmó volver a reencontrar su pasión por el séptimo arte.

“Mi cine es social, de autor y reivindicativo. Especialmente me interesa el vínculo que el creador tenga con la historia. Para producir una historia, esta tiene que generar algo dentro de mí y eso mismo es lo que pretenderé que el espectador sienta al verla”.

“Con la línea de formación de Curuxa quiero establecer un espacio idóneo donde generar ideas y explorar nuevos caminos para narrar, producir y buscar una identidad propia, sin perder de vista el vínculo con los mercados internacionales”.

“El cine que yo concibo tiene que ir más allá de las salas. Tienen que ser historias que dirijan al público a una reflexión, que tras visionar la película se produzca una charla sobre ella”, añadía la productora en un artículo para La Opinión de Málaga.

Pólvora en el corazón es la última película de la productora y la opera prima de Camila Urrutia que por el momento ha logrado el premio RTVE A Mejor película Iberoamericana en el Festival Iberoamericano de Huelva, y que acaba de ser preseleccionada en la categoría de Mejor Película Iberoamericana de Ficción en los Premios Platino 2021.

El film cuenta la historia de Claudia y María, dos amigas que deben hacer frente a la violencia contra las mujeres en Guatemala. Una obra de ficción social rodada con muy pocos recursos con un elenco guatemalteco pero buscando preservar la esencia española de la producción.

La cinta está protagonizada por Andrea Henry y Vanessa Fernández, nominadas al premio Colón de Plata para actrices debutantes. Fue rodada principalmente en Guatemala pero la producción corrió a cargo de un equipo andaluz con Paloma Peñarubio a cargo de la banda sonora o Delia Márquez con el montaje final.