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Martín Boulocq es uno de los directores bolivianos del momento. Su cinta "El Visitante" ha tenido un debut triunfal en el Festival de Cine de Tribeca este año. Foto: Andrea Camponovo.
Martín Boulocq es uno de los directores bolivianos del momento. Su cinta "El Visitante" ha tenido un debut triunfal en el Festival de Cine de Tribeca este año. Foto: Andrea Camponovo.

Es el turno de Bolivia

“El Visitante”, que reflexiona sobre el poder del evangelismo, es una de las películas que logró posicionar a Bolivia en el podio del cine internacional.

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El 20 por ciento de los 600 millones de personas que viven en América Latina y el Caribe pertenecen a la Iglesia evangélica. Esto es: 33 de cada 100 latinoamericanos, según un estudio publicado en 2014 por el Pew Research Center, el principal centro de investigación sobre religiones.

Ante lo que puede llegar a parecer ser un tambaleo de los tradicionales cimientos de la Iglesia Católica, la evangélica no pierde tiempo y gana terreno a ritmos considerados insospechados hace cinco décadas en el continente americano.

¿Qué ingredientes sagrados se combinan en este cocktail de la fe? En la mesa no se habla ni de fútbol ni de religión, pero en el cine todo está permitido. Así lo ha entendido el cineasta boliviano Martín Boulocq en su nueva cinta “El Visitante”.

“A mí me interesa ver la cuestión ideológica que está detrás. Estas instituciones empezaron a llegar fuerte en los años ‘70 como parte de un programa -al que yo llamo- neocolonial, que tenía la política de Estados Unidos, paralelamente a los gobiernos militares. Hay mucha gente de escasos recursos y más vulnerable que es parte de estas iglesias, de las bases, pero como tienen un sistema un poco empresarial no están regidas con jerarquías como la Iglesia Católica, y pueden simplemente abrir sucursales. Entonces hay gente que venía del campo que ahora se ha convertido en pastor. Es un asunto complejo, no es una cosa de buenos y malos, atraviesa el tema cultural. En la película yo me centro en contar la historia de un padre y una hija y del poder dentro de una familia, y ese es el pretexto para meterme en un pequeño aspecto de esa complejidad”, dice el realizador en conversación con AL DÍA. 

En su cuarto largometraje, el cineasta sudamericano ofrece una mirada reflexiva sobre la relación entre el dogma y el poder, las relaciones familiares, y la disparidad de clases. Para ello, construye la historia de un ex convicto  (personaje interpretado por Enrique Aráoz) que se gana la vida modestamente cantando en los velorios. “El mayor deseo de Humberto es reconstruir su relación con su distanciada hija y brindarle una vida digna. Sin embargo, los abuelos de la niña, que son pastores evangélicos adinerados, no están dispuestos a ceder la custodia de su única nieta. Acorralado financieramente e ideológicamente, el protagonista se ve obligado a enfrentarse con sus propios demonios mientras lucha simultáneamente contra una poderosa institución eclesiástica a la que alguna vez perteneció”, señala la sinopsis de “El Visitante”. 

La fuerza de la narrativa y la profundidad del mensaje cobran un sentido, tan real y a la vez metafórico, gracias al debut cinematográfico de Aráoz. “Lo vi a este cantante haciendo un solo en una ópera, él no es actor, es cantante lírico. Me impresionó tanto al nivel de las lágrimas, y dije: ‘tengo que hacer algo con él’ y ahí surge la primera idea de escribir un papel para él interpretando a este personaje. Y con eso luego se cruza la inquietud de explorar sobre el fenómeno de las iglesias evangélicas en Bolivia y Latinoamérica”, comenta. 

A ambos los une una amistad previa, por lo que convencer a Aráoz para aparecer en la pantalla grande ha sido una tarea anecdótica para el director. “Yo le propuse y él se desconcertó en un primer momento, no me creyó. Y pasaron algunos años hasta que pusimos el proyecto en marcha. Él es muy organizado, muy estructurado, y me decía: tengo que tomar clases de actuación, y yo le decía: no, no, no hagas eso, te van a dañar, te van a contaminar. Yo soy de la idea de que si no tienes una larga trayectoria en cine, o una escuela muy sólida, es mejor no tener nada; por eso le decía que confíe en mí porque a mí me gusta trabajar con actores naturales, ya lo he hecho antes”, agrega. 

UNA LOCACIÓN ESPECIAL 

La cinta está ambientada en Cochabamba: una ciudad con 1.300.000 habitantes, ubicada en el centro de un país sudamericano condenado geográficamente a no ver el mar, una población cara a los afectos de Boulocq porque es la tierra que lo vio nacer. “Allí es donde vivo, la conozco muy bien, me gusta el cine que habla desde ahí, no es una cuestión autobiográfica sino lo que uno conoce”, menciona.

La historia de esta región está marcada por la lucha entre la población indígena y los colonizadores españoles. Teniendo en cuenta la locación, no era de extrañar que los clamores sociales registrados en el año 2019 hayan sido parte del rodaje de “El Visitante”. “Se paralizó la ciudad, ha sido una odisea, un momento muy triste cuando los militares salieron  a las calles y empezaron a disparar cerca de donde estábamos. Fue un momento de mucha angustia. Intenté que se filtre algo de eso en la película aunque la historia era otra, e intenté mostrar esa polarización que ya venía de antes”, explica refiriéndose a las protestas que acabaron con la renuncia de Evo Morales a la Presidencia del Estado Plurinacional. 

Habiendo sorteado estos incidentes “fuera de guion”, y después de cuatro años de trabajo, “El Visitante” se proyectó por primera vez en el Festival de Cine de Tribeca, siendo el único largometraje latinoamericano en la competición oficial. 

El Visitante de Martín Boulocq se estrenó en el Festival de Cine de Tribeca.
La película boliviana “El Visitante”, del director Martín Boulocq, se estrenó recientemente en el Festival de Cine de Tribeca. Siendo la única producción latinoamericana en la competición oficial, se ha ganado el Premio a Mejor Guión. Créditos: FiGa Films.

DEBUT TRIUNFAL 

Este reconocido certamen internacional, celebrado del 8 al 19 de junio de este año en Nueva York, ha otorgado a la última producción de Boulocq el Premio a Mejor Guión.  “Es una gran satisfacción, una alegría, un orgullo para la gente. Me llena de emoción y es un reconocimiento a todos por haber trabajado tan fuerte para llegar hasta aquí”, acota el cineasta. 

“El Visitante” se presentará próximamente en otros festivales, y su estreno en Bolivia está previsto para fin de año. 

“ES DIFÍCIL HACER CINE EN BOLIVIA”

El éxito de la reflexión sobre las relaciones familiares, las clases sociales, y el poder del evangelismo de Boulocq, se ha sumado a Alejandro Loayza Grisi, el director de “Utama”, que en este 2022 ha ganado el Premio del Jurado en la Sección Internacional del Festival de Sundance. 

Ambos, junto con Kiro Russo, que se alzó con el Premio Especial del Jurado en la Competencia Orizzonti de La Biennale di Venezia con “El gran movimiento”, han logrado posicionar el talento de Bolivia en lo más alto de los podios del cine internacional, y todo esto… en medio de la incertidumbre que rodea a la financiación pública en apoyo de las producciones cinematográficas. “No hay fondos a diferencia de otros países vecinos. El año que surgen los fondos, el apoyo y el impulso, viene un nuevo gobierno que saca de un tirón todo eso. Entonces fue un doble shock, primero filmando, y después se cae todo lo que habíamos estado trabajando por años. No somos muchas las personas las que hacemos cine en Bolivia y venimos empujando esa ley (Ley de cine) desde hace mucho tiempo. Es difícil hacer cine en Bolivia, hay que tener gotas de locura y pasión para dedicarte a esto”, manifiesta. 

Se lo ve angustiado pero no rendido. No quiere perder las esperanzas, y otorga una pizca de confianza a la voluntad de los políticos para respaldar las disciplinas artísticas. “Si las autoridades se dan cuenta de que las películas bolivianas que se han estado estrenando en el último año han sido financiadas por el fondo de intervenciones urbanas de 2019, si logran entender esto, y el impacto que puede tener de una sola vez, ya que un solo año hubo un fondo, imaginate si esto tiene una continuidad, sería otra la historia si no hubiesen existido estos fondos. Es una reacción directamente proporcional a lo que ha ocurrido con los fondos y lo que estamos viviendo ahora”, dice.  

Boulocq empacó su galardón en Nueva York, y regresó a Cochabamba. Su próximo documental no puede esperar. 

Mientras tanto… apunte y recuerde bien su nombre porque el boom -a contracorriente- del cine boliviano no ha hecho más que empezar. 

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