“Prometo ser una aliada en el uso de mi voz para promover una mejor representación en la pantalla (de las personas trans)”, así entonó el mea culpa Halle Berry tras un polémico tuit que hizo encender las redes y en donde anunciaba que estaba muy entusiasmada con el papel que le habían ofrecido para interpretar a un personaje trans. 

Lo más interesante no ha sido su renuncia, sino el constructivo debate que mantuvo con sus fans a través de un Instagram Live acerca de la representatividad de las minorías en el cine. Especialmente el colectivo transgénero, que tiene potentes aunque aún escasas embajadoras, como la actriz Laverne Cox, Mj Rodriguez o Angelica Ross, y aún más escasos todavía representantes transgénero masculinos. 

Uno de los problemas iniciales que llegaron con el anuncio del proyecto de Berry fue que malinterpretó el personaje que estaba tan ansiosa por interpretar:

“Estoy pensando en (encarnar) a un personaje en que la mujer es una persona trans, por lo que es una mujer que se ha convertido en un hombre”, dijo de una forma bastante liosa y problemática la actriz, no dando por hecho que la persona trans a la que encarnaba era a todos los efectos un hombre. 

Ahí empezó el follón, que acabó aún peor, cuando Berry dijo que quería “entender ese mundo” y “experimentar ese mundo” y comprender quién es esa “mujer”. 

“Ese será probablemente mi próximo proyecto, y eso requerirá que me corte el pelo”, añadió.

Inmediatamente, la actriz comenzó a recibir una oleada de comentarios críticos y tras un muy movido fin de semana en el que se dedicó, según dijo, a reflexionar muy seriamente sobre si aceptar o no el papel, decidió apartarse a un lado. 

"Durante el fin de semana tuve la oportunidad de discutir mi consideración de un próximo papel como hombre transgénero y me gustaría disculparme por esos comentarios. Como mujer cisgénero, ahora entiendo que no debería haber considerado este papel y que la comunidad transgénero debería innegablemente tener la oportunidad de contar sus propias historias”, declaró.

"Estoy agradecida por la orientación y la conversación crítica de los últimos días y seguiré escuchando, educando y aprendiendo de este error”.

Su comunicado final fue aplaudido por activistas como el grupo nacional de defensa LGBTQ, GLAAD, quienes se felicitaban de que una celebridad como Berry escuchase las preocupaciones de la comunidad trans y decidiera no aceptar el papel. 

GLAAD también aseguraba que otras personas “poderosas” deberían aspirar a ser aliados y sugerían ver el documental de Laverne Cox “Disclosure” en Netflix para entender mucho mejor la representación trans en el cine y los medios. 

Halle Berry no es la única actriz que ha abandonado un proyecto por las críticas de estar ocupando el lugar de una persona trans. En 2018, Scarlett Johansson acabó rechazando un papel de hombre trans en Rub and Tug por el mismo motivo. 

En los últimos años se está avanzando mucho en la inclusividad de las personas trans en el cine. Sin ir más lejos, el pasado 2019 la franquicia Marvel anunció que incluiría su primer personaje trans dentro de sus producciones.

Aún queda mucho por hacer para dar más oportunidades a esta comunidad que, según NYT, está formada en Estados Unidos por 1,4 millones de personas. 

Mientras tanto, siempre nos quedará Pose.