La extradición de Emilio Lozoya, todo un montaje
El ex director general de Pemex llegó a México el viernes en la madrugada después de ser extraditado de España para enfrentar cargos de corrupción.
Emilio Lozoya Austin era el jefe de la compañía estatal de Petróleos de México (PEMEX), y su extradición parece llegar en un momento perfecto mientras el país se enfrenta a una pandemia mundial y a la caída de la economía.
Con la tasa de desempleo más alta en años, la economía cayendo en picada, y los niveles máximos de violencia, inseguridad y muertes de COVID-19, la extradición del ex director general de Pemex parecía demasiado buena para ser verdad.
No es la primera vez que el gobierno mexicano prepara una farsa de este tamaño. La capacidad del país para montar escenas en circunstancias inesperadas como ésta han sido probadas antes.
Las noticias sobre la extradición de Lozoya fueron tan exactas que el escepticismo comenzó a hervir temprano.
El plan inicial era llevar a Lozoya del aeropuerto a la prisión después de que llegara de España, para que pudiera declarar ante el juez. Un acto que, debido a la emergencia sanitaria, se hubiera celebrado a puerta cerrada (una decisión que, a pesar de la pandemia, ya era inconstitucional).
Sin embargo, todos los procedimientos previstos de antemano cambiaron en el momento en que el ex director general pisó suelo mexicano.
La furgoneta que supuestamente lo transportaba salió del aeropuerto seguida de periodistas llenos de expectativa tras su llegada, fue usada como distracción.
En lugar de ir directamente a la cárcel a testificar, Lozoya fue llevado a un hospital privado al sur de la ciudad porque, al parecer, llegó a México con anemia — un síntoma que no se registró cuando salió de España.
Como resultado, el hombre que llegó a la prisión, cuyo rostro permaneció cubierto por una máscara y fue fotografiado por la prensa reunida afuera pensando que era Lozoya, resultó ser otro personaje del montaje.
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La extradición de Lozoya de España a México se llevó a cabo bajo el lema de que iba a colaborar bajo el "criterio de oportunidad" para incriminar a otros que habían estado involucrados en los sobornos de Pemex durante su administración.
Incluso se dijo que Lozoya trajo consigo más de 15 horas de video donde aparecían implicados personajes como Enrique Peña Nieto, ex presidente de México.
De hecho, en lugar de traerlo en un vuelo comercial, Emilio Lozoya fue extraditado a México en el avión presidencial.
¿Y las políticas de austeridad y los recortes presupuestarios?
La "voluntad de ayudar" de Lozoya y el efecto dominó que pueden generar sus declaraciones lo han convertido en un tesoro que hay que atesorar.
La actuación se preparó para dar a México una gran victoria en tiempos de crisis.
Esa es la cronología de cómo Emilio Lozoya Austin, un hombre incriminado por corrupción, señalado por aceptar sobornos millonarios, pasó de ser un criminal a convertirse en un héroe nacional.
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