Lin-Manuel Miranda: ¿un genio reprochable?
La anhelada aparición del actor Lin-Manuel Miranda en el próximo episodio de Drunk History borracho de whisky podría ser un mal ejemplo para los Latinos, una comunidad cada vez más vulnerable al alcoholismo, según la experta en Salud Pública Marylin Aguirre-Molina.
El próximo 29 de noviembre, los fans de Lin-Manuel Miranda estarán de suerte: el guapo actor y productor de teatro de origen portorriqueño, ganador del Premio Pulitzer 2016 por el musical Hamilton, aparecerá en un nuevo episodio de Drunk History, la serie de televisión de Comedy Central en la q
La anhelada aparición del actor Lin-Manuel Miranda en el próximo episodio de Drunk History borracho de whisky podría ser un mal ejemplo para los Latinos, una comunidad cada vez más vulnerable al alcoholismo, según la experta en Salud Pública Marylin Aguirre-Molina.
El próximo 29 de noviembre, los fans de Lin-Manuel Miranda estarán de suerte: el guapo actor y productor de teatro de origen portorriqueño, ganador del Premio Pulitzer 2016 por el musical Hamilton, aparecerá en un nuevo episodio de Drunk History, la serie de televisión de Comedy Central en la que un actor conocido narra un capítulo de la historia de los Estados Unidos totalmente borracho. Por supuesto, el episodio elegido para la actuación de Lin-Manuel en la popular serie de Derek Waters gira en torno al personaje de Alexander Hamilton, el primer secretario del Tesoro de EEUU, y también el protagonista de la obra de hip hop de Broadway que ha hecho a Miranda famoso a nivel internacional.
“Me bebí tres cuartas partes de una botella de whisky miel mientras narraba. (Junto a MUCHA agua). NO PRUEBEN ESTO EN SU CASA”, bromeaba el actor en un Tweet publicado el pasado 12 de agosto, durante el rodaje de este capítulo, que pertenece a la cuarta temporada de la serie.
Y mientras algunas fans cuentan con los dedos los días que faltan para poder ver a Lin Manuel Miranda contando la historia de Hamilton bajo el efecto del whisky, otras se han atrevido a echarle en cara ser un irresponsable por su decisión de salir borracho por televisión, teniendo en cuenta su influencia en la comunidad Latina. En concreto, hablamos de Marilyn Aguirre-Molina, profesora de Salud Pública en la City University de Nueva York (CUNY) y unas de las mejores expertas del país en políticas de Salud Pública para la comunidad hispana. El pasado 10 de noviembre, Aguirre-Molina publicó una carta abierta dirigida a Miranda a través del Instituto Nacional de Política Latina (NiLP) de Nueva York para criticar su decisión de “emborracharse públicamente en nombre de la comedia”, una decisión que “pone en riesgo su reputación ejemplar para la comunidad Latina”.
“Para mí, y para muchos otros, eres la personificación de lo que nos orgullece como Latinos/as, y Portorriqueños”, escribe Aguirre Molina, dirigiéndose al actor con una mezcla de indignación y admiración. “Y es que es más que orgullo, lo que nos inspira de ti es ver cómo abrazas y celebras tus raíces; cómo te has convertido en un defensor de la justicia social; y cómo nos has reasegurado a muchos de nosotros, que a pesar de la injusticia abundante a nuestro alrededor, los jóvenes tienen un modelo a seguir. (..) Así que, ¿por qué diablos te arriesgas a destruir todo lo bueno y genuino que hay en ti emborrachándote públicamente en nombre de una comedia como Drunk History?”, escribe la experta en Salud Pública latina en la carta abierta difundida a través de Internet por el NiLP.
Un problema creciente entre los Latinos
Aguirre-Molina recuerda en la carta que el alcoholismo es un problema creciente entre los Latinos en Estados Unidos, especialmente entre la comunidad portorriqueña, para quienes Miranda es un modelo de referencia. Hasta ahora, el problema era creciente en los hombres, aunque también está empezando a aparecer en mujeres, asegura la experta.
Según un un informe del NIH (National Institute for Alcohol Abuse and Alcoholism), “por lo general, los Hispanos tienden a beber menos que los Blancos no-Hispanos. Pero entre los que eligen beber, los Hispanos tienen una tendencia a consumir alcohol en volúmenes más elevados”. El informe alerta también que alrededor del 9.5% de los Hispanos sufrirán una dependencia del alcohol en algún punto de sus vidas, una cifra todavía menor en comparación con el 13,8% de los blancos no-Hispanicos, pero que tiene todos los puntos de agravarse en el futuro, teniendo en cuenta que son el grupo demográfico que más crece del país. Los Latinos representan el 17% de la población americana, unos 50 millones de personas. Por otro lado, el 33% de los latinos que admiten ser bebedores tienen problemas recurrentes o persistentes, en comparación con el 22,8% de los blancos no-Hispanos, alerta el NIH.
“Sin duda, eres un genio… pero ser un genio también implica ser tan inteligente como para no arriesgar tu reputación y credibilidad abalando o demostrando que estar borracho está bien, es divertido, y algo que un referente modélico pueda tener ganas de hacer”, escribe Aguirre-Molina, rogando a la estrella portorriqueña que “use su gran influencia en la gente joven de una forma más prudente”.
Beber para integrarse
Entre los motivos que explican el auge del alcoholismo entre los Latinos, el NIH apunta al llamado proceso de aclimatación a la cultura americana por el que pasan todos los inmigrantes. Este proceso implica desde aprender inglés, recibir una educación americana, trabajar en una empresa local a hacer un mayor consumo de alcohol. Esta evidencia queda muy clara en las mujeres, teniendo cuenta que la mujer hispana tradicionalmente no bebe en su país de origen, señala el informe del National Institute for Alcohol Abuse and Alcoholism.
Miranda mismo, nacido en un barrio portorriqueño de Washington Heighs, en el Upper Manhattan, criado en Nueva York , es un claro ejemplo de adaptación a este “estilo de vida americana”, o occidental, en general, que mantiene una actitud desenfadada con el alcohol desde la tierna juventud.
“Creo que eso es todo. Finalmente, mis divagaciones históricas de borracho serán para su entretenimiento. Les amo. Adiós”, escribió Miranda en un tweet al terminar el rodaje, sin dar muestras de haber hecho algo “mal hecho” o haber sido un mal ejemplo para sus fans Latinos.
Desde que empezó a emitirse, en 2013, la serie de Derek Waters no ha sufrido muchas críticas negativas por el uso abusivo de alcohol, quizás por no tratarse de una serie mainstream. Waters utiliza el alcohol para que los actores- narradores se desinhiban y expliquen anécdotas históricas de un lugar específico de los Estados Unidos de una forma simpática y nada seria. De hecho, al productor de la serie se le ocurrió la idea de crear Drunk History mientras estaba tomando copas con un amigo y divagaban sobre el músico Otis Redding. “La gente siempre se emborracha y habla de música. Así que me pregunté ¿de qué tema la gente suele emborracharse y no hablar nunca?”, ha explicado Waters en diversas ocasiones.
3) I drank 3/4 of a bottle of honey whiskey as I narrated.
(along w A LOT of water.)
DO NOT TRY THIS AT HOME.— Lin-Manuel Miranda (@Lin_Manuel) 12 de agosto de 2016
6) I think that's it. My drunken historical ramblings will be your entertainment at last. Love you. Bye.
— Lin-Manuel Miranda (@Lin_Manuel) 12 de agosto de 2016
Algunos críticos han tachado la serie de ‘impredecible”, con episodios divertidos y otros no tanto, ya que – como ocurre en un bar - algunos borrachos pueden ser graciosos, pero otros pueden ser una lata. “Ahora los narradores solo beben cuando yo llego al plató, así puedo controlar cuan borrachos van. Sino se pasaban un poco y acababan vomitando”, comentó Waters en una entrevista reciente en The Hollywood Reporter. En la entrevista, Waters aclara que Miranda no vomita en su episodio.
Aunque aparecer borracho por televisión no parezca preocuparle demasiado, no significa que Lin Manuel Miranda no se haya tomado en serio su rol ejemplar para la comunidad Latina, especialmente a la hora de ejercer presión para que Puerto Rico pueda reestructurar su deuda ( 70 billones de dólares) y mejorar su terrible situación económica. “No sabes muy bien qué más hacer cuando tus compatriotas están sufriendo y tú tienes un foco enorme iluminándote encima. Todo lo que quieres hacer es girar el foco e iluminarlos a ellos” declaró en una entrevista a principios de este año para la cadena NBC.
El maestro de contar historias
Por otro lado, Miranda también es un artista concienciado con el peso de la historia para entender los EEUU, y el mundo en general. En mayo de 2016, el actor visitó Filadelfia para dar un discurso en la Universidad de Pensilvania en el que pidió disculpas por no incluir a nuestra ciudad en la trama de Hamilton, uno de los fundadores de la Patria (el musical transcurre casi enteramente en Nueva York, excepto una breve mención a la Liberty Bell). En su discurso a los estudiantes de Penn University, recogido en la revista Entretainment weekly, Miranda se enfocó más en recalcar la importancia de saber narrar bien una historia, “porque cuando eliges una historia para contar, omites otras por necesidad. Y este acto de escoger qué relato vas a contar, y cual omitirás, marca el resto de nuestras vidas.”, dijo.
La lección de Miranda a los estudiantes de Penn puede aplicarse a la historia política de los EEUU y en cómo Miranda y los partidos Demócrata y Republicano han elegido contar la historia de Alexander Hamilton. “Alexander Hamilton fue quizás el primer miembro de la élite Americana de la historia: un inmigrante, un urbanita, amigo de los ricos, que se sentía como en casa en los círculos de poder políticos, financieros y periodísticos. Hamilton creó el sistema Americano de banca pública y privada, y durante siglos fue el héroe de los conservadores, mientras que su archirrival Thomas Jefferson, fundador del Partido Demócrata, fue tomado como el defensor de la gente corriente”, observa George Packer en un reportaje publicado a finales de octubre en The New Yorker. Por el contrario, hoy son los Demócratas los que abrazan a Hamilton por su origen inmigrante – nació en la isla de Nevis –y sus ideas de gobierno activista, a pesar de que desconfiaba de la democracia popular que defendía Jefferson. “Expón un caso moral a un campesino y a un profesor. El primero sabrá tomar una decisión también, probablemente mejor que el segundo, porque no ha sido llevado por el mal camino de las leyes artificiales”, decía Jefferson. “Y ahora los campesinos de los que hablaba Jefferson son los que ocupan las primeras filas en todos los mítines de Trump”, escribe Packer.
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