LIVE STREAMING
¿Tenemos un voyeurismo inconfesado por la enfermedad mental? 
¿Tenemos un voyeurismo inconfesado por la enfermedad mental? 

Sobrevolando el nido del cuco: ¿Por qué nos atraen tanto las películas sobre locos?

MORE IN THIS SECTION

Baking Wizard from Colombia!

Venom reaches $279 million

Teri Garr dies aged 79

Goodbye Mr. Kristofferson!

Maggie Smith was a treasure

New Derbez series

Smartfilms' success

New York LatinoFilmFestival

SHARE THIS CONTENT:

Amé ‘Joker’, lo reconozco. Como muchas personas siento predilección por los personajes que se ahogan en sus propios pensamientos, alucinados y ansiosos. Personas incontroladas y marginadas para las que no existe ninguna diferencia entre la realidad exterior y la de su propia mente. 

Y sin embargo, el cine, factoría de tópicos y adoctrinamiento social, ha conseguido dos cosas que parecen contrarias:

El síndrome Woody Allen: que sea cool para algunas personas acudir al psiquiatra gran parte de su vida. O comportarse de forma excéntrica, o tóxica, con la excusa de que los artistas y los genios siempre están deprimidos, o al borde del colapso mental.

O el de ‘Taxi driver’:  es decir, ese vecino traumatizado y de ojos saltones que escribe amenazas en servilletas e imaginas caminando hacia el trabajo con una recortada metida en los pantalones, dispuesto a mandar al carajo a su jefe. Y tal vez a la ciudad entera.

La realidad, como podéis imaginar, nunca se encuentra en los extremos...

 
Caos mental, la trama fácil

Para el neuropsicólogo y escritor español José Valenzuela, autor de ‘Todos nacemos locos. 50 títulos esenciales sobre el trastorno mental’, la locura siempre ha estado asociada con algo oscuro e incontrolado de lo que el cine ha sabido sacar provecho:

“La locura nos atrae porque se relaciona con ese caos que no podemos controlar y el cine se ha servido de ella como un motor dramático bastante manido, el del loco peligroso. Y también su versión edulcorada, el tipo sin habilidades sociales que es un genio. Ambos son una bomba de relojería, porque carecen de contexto”, explica Valenzuela. 

Y recuerda que nuestros voyeurismo inconfesado por la enfermedad mental no es nuevo; ya en los siglos XVIII y XIV los burgueses pagaban por visitar manicomios como si fueran espectáculos de circo.

“Lo que resulta más problemático para el Sistema es que no hay forma de controlar o cuantificar la locura, de ahí que películas como ‘Joker’ hagan una reivindicación importante. Puedes ir a un cardiólogo y te dará un diagnóstico; puedes acudir a diez psiquiatras y que te den diez versiones diferentes acerca de tu estado mental”, sostiene.

Pero no está todo perdido...

El cine a veces nos regala buenos ejemplos de que la locura no es el comodín de la baraja de los thrillers de ‘palomita’. Y para ello, Valenzuela nos recomienda dos películas que de las que tal vez no hayas oído hablar:

RELATED CONTENT

Spider

¿Nunca te has preguntado cómo percibe la realidad una persona con un trastorno esquizofrénico?

Caos y alucinaciones son los ingredientes de una de las películas menos conocidas de David Cronenberg, que te introduce en la mente de un enfermo hasta un punto en que te preguntarás: ¿qué es recuerdo y qué delirio?

Y lo mejor de todo es que es probable que nunca lo llegues a saber…

Julien Donkey-Boy

Por fin una historia donde el protagonista sufre esquizofrenia, pero no es motor de la trama. De hecho, no hay trama…

Dirigida por Harmony Korine, esta película independiente nos muestra la vida sin más de Julien, un enfermo mental, y su familia aún más disfuncional y por momento “tarada” que él.

Si es que ya lo dijo una vez una psicóloga: “Por favor, los neuróticos por la otra puerta”.

 

  • LEAVE A COMMENT:

  • Join the discussion! Leave a comment.

  • or
  • REGISTER
  • to comment.
  • LEAVE A COMMENT:

  • Join the discussion! Leave a comment.

  • or
  • REGISTER
  • to comment.