Prepara el disfraz y disponte a pasar unos divertidos días. En España los carnavales son sinónimo de alegría y color pero también de disfrute de tradiciones ancestrales. Mientras que en algunas ciudades se libran batallas de harina, en otras se come hornazo o se entonan chirigotas. Fiestas hay muchas pero estas son las cinco citas del carnaval español que nadie debería perderse.

Cádiz

Si los gaditanos son mundialmente conocidos por su sorna e ingenio, imagínate cómo será su fiesta más preciada. Durante el carnaval de Cádiz hay que disfrazarse pero además hay que hacerlo con humor y entonar unos versos satíricos. Casi nada. En esta ciudad del sur de España, las peñas y grupos de amigos se reúnen durante meses para preparar las famosas chirigotas, canciones satíricas en las que se critica el estado de la política actual o la última hazaña de algún famoso. Días antes del inicio de las fiestas, todas las agrupaciones compiten en un concurso que se celebra en el Gran Teatro Falla. Como puedes imaginar, resulta complicado encontrar una entrada, por lo que la mejor opción es escuchar a las comparsas los días posteriores. Para ello, paséate por el centro de la ciudad las mañanas del sábado y el domingo y descubrirás que cada esquina puede convertirse en un escenario improvisado.

Santa Cruz de Tenerife

Tenerife celebra una de las fiestas de carnaval más famosas del mundo, por detrás de Río de Janeiro. Y es que los tinerfeños ya tienen algo de experiencia en el tema. La historia dice que llevan desde el Siglo XVIII celebrando los bailes de máscaras más célebres de España. En la actualidad el carnaval de Santa Cruz de Tenerife dura unos diez días durante los que la ciudad organiza multitud de festejos y concursos. Seguramente el más espectacular de todos ellos sea la Gala de Elección de la Reina del Carnaval. Un multitudinario concurso en el que se elige a la persona que representará el carnaval durante todo el año. Aunque en realidad, todas las miradas se centran en los trajes “fantasía” de los participantes, que pueden llegar a pesar hasta 200 kilos. Si tienes la suerte de encontrarte en Tenerife durante estos días, no te pierdas la Gran Cabalgata Anunciadora. Un pasacalles con un frenético ritmo africano que en nada tiene que envidiar al sambódromo carioca.

Sitges, Barcelona

Este pueblo situado a una hora de Barcelona reúne a más de 300.000 personas durante sus fiestas de carnavales. La razón de ello es la cantidad de eventos locos y divertidos que se organizan esos días. Nuestro favorito es sin duda la carrera de camas disfrazadas, en la que cada equipo integra un camastro en su disfraz y entrena durante meses para ser los primeros en cruzar la meta. Otra de las peculiaridades de Sitges es que no hace falta llevar disfraz, ya que puedes comprarlo en el mercado de disfraces de segunda mano que se celebra durante estos días. Una vez elegido, consulta el animado programa; Fiestas al aire libre, pasacalles e incluso una sardinada popular para finalizar las fiestas.

Orense

Cerca de esta ciudad gallega se encuentra el llamado “triángulo mágico”. El que conforman las poblaciones de Xinzo de Licia, Verín y Laza. Las fiestas se inician en la primera de ellas, conocida por celebrar los carnavales más largos de toda España. El pistoletazo de salida lo da una divertida batalla de harina. Si tras ello decides ir a Verín más te vale hacerlo disfrazado, ya que sino puede que los cimarrones te persigan. En Laza las cosas no son más tranquilas, ya que por las noches las calles se llenan de comparsas que tratan de espantar a los malos espíritus y de paso, al sueño.

Badajoz

¡Una de las grandes citas del carnaval español! Si te encanta disfrazarte, tienes que ir a Badajoz. Aquí todo el mundo lleva meses pensando en qué llevará puesto durante estos días de fiesta. El resultado de tanto esfuerzo son calles plagadas de personajes fantásticos y disfraces llenos de humor. ¡Rienda suelta a la imaginación! Eso sí, tanto trabajo bien se merece un premio. El que supone probar su hornazo y brindar con su delicioso vino extremeño mientras se empieza a pensar en el disfraz del año que viene.