La abstracción cubana cuenta con tres grandes figuras: Loló Soldevila, Sandu Darié y Carmen Herrera. Hoy, la obra de estas tres artistas cubanas se expone en las mejores instituciones culturales del mundo, desde el MOMA de Nueva York a la Tate Modern, en Londres, pero esto no hubiera sido posible sin el apoyo de coleccionistas como Ella Fontanals-Cisneros, Alan Faena o Patricia Phelps de Cisneros, patronos y filántropos de origen latino que decidieron dedicar parte de sus fortunas a promover y proteger el arte contemporáneo latinoamericano, según un extenso reportaje publicado el pasado fin de semana en el magazine de El País.

La obra de Carmen Herrera (La Habana, 31 de mayo de 1915), una pintora cubana, afincada en Nueva York desde mediados de los años cincuenta, figura entre las 3,200 piezas que forman la colección particular de Ella Fontanals-Cineros en Miami. Nacida en Cuba, Fontanals-Cisneros se exilió a Caracas de joven y allí conoció a su exmarido, el propietario de la Pepsi venezolana. Su colección se exhibe en la fundación CIFO (juego de palabras con las iniciales de sus apellidos) en Miami. Fontanals-Cisneros fue una de las primeras coleccionistas en interesarse por la obra de Herrera, que a los 102 años logró vender el pasado noviembre una obra pintada en 1956 (Untitled, Orange and Black) por 1.17 millones de dólares.

Según El País, la feria Art Miami Beach se ha convertido en el punto de encuentro para los coleccionistas de arte latinoamericano. Antes de que se iniciara esta feria, hace 16 años, el arte latinoamericano en sentido colectivo no existía. Los coleccionistas mexicanos no viajaban a Colombia para comprar arte, ni viceversa, explica el director de Art Basel a El País.

Otro de los patronos que han hecho posible el auge del arte latinoamericano es el empresario Jorge Pérez, nacido en Buenos Aires de padres cubanos, criado en Colombia y hoy residente en Miami. Pérez es un potente magante inmobiliario, que ha invertido parte de su fortuna en crear un museo con su apellido en el dowtown de Miami. La colección del Pérez Art Museum Miami (PAMM) cuenta con 1,300 obras de artistas contemporáneos internacionales, incluyendo latinos, como el cubano Wilfredo Lam y la colombiana Beatriz González.

También en Miami reside el coleccionista de origen chileno Juan Yarur, hijo de un magante textil, de 34 años. Yarur empezó a adquirir arte desde joven y hoy tiene una rica colección de arte internacional, además de formar parte del Comité de Adquisiciones de Arte Latinoamericano del Tate Modern de Londres desde que tiene 26 años. En 2008, en un homenaje a su padre, creó junto a la curadora Cecilia Brunson, la Beca AMA que otorga residencias a artistas chilenos en el exterior.  Hoy Yarur preside la Fundación AMA, organización sin fines de lucro que promueve la creación de redes internacionales de contacto para artistas chilenos a través de programas de intercambio académico con la Universidad de California, Los Angeles (UCLA) y publicaciones monográficas de libros de artistas.

Por último, El País. destaca el papel del filántropo de origen argentino Alana Faena, promotor hotelero, y fundador del Faena Forum, un centro de arte multidisciplinar proyectado por Rem Koolhas, en Miami Beach. Y el de la venezolana Patricia Phelps de Cisneros, considerada entre las 20 coleccionistas de arte más importantes del mundo por la revista Artnet.

La colección de arte latinoamericano de Phelps de Cisneros (su marido es el magante de los medios de comunicación Gustavo Cisneros, propietario de Grupo Cisneros)  está considerada entre los mejores y más completos del mundo.

En 2016, Cisneros donó 102 obras de arte contemporáneo y moderno desde las décadas de los 40 a los 90 al MoMA, estableciendo el instituto de investigación "Patricia Phelps de Cisneros" para el estudio del arte de Latinoamérica en este museo neoyorquino. Más recientemente, Cisneros donó más de 200 piezas de su colección al Museo de Arte Reina Sofía de Madrid, en España.