La situación en El Diario preocupa a líderes latinos
Las cosas no marchan bien en el Campeón de los Hispanos, como se autodenomina con no poco orgullo El Diario-La Prensa de Nueva York, el periódico en español más antiguo del país y una de las instituciones con mayor tradición de la comunidad hispana de esa ciudad.
Y lo que es peor, la situación pudiera deteriorarse aún más.
Hace dos años el periódico conservador La Nación de Buenos Aires adquirió ImpreMedia, la empresa propietaria de El Diario. El día 13 de este mes los nuevos dueños despidieron a 20 empleados, algunos con más de dos décadas en dicho rotativo. Ocho de ellos eran miembros del Newspaper Guild, el sindicato que representa a los trabajadores de El Diario desde 1976. Existe la sospecha de que este sea el principio de una ofensiva encaminada a deshacerse del sindicato.
"No lo vamos a permitir," manifestó Oscar Hernández, un representante de ventas que desde 1996 es el presidente del Guild. "Existe un contrato y la empresa lo ha violado. Para despedir a alguien hay procedimientos que seguir y la administración no lo hizo".
La situación en El Diario preocupa a líderes latinos como Angelo Falcón, director del National Institute for Latino Policy, de Nueva York, quien se pregunta si este pudiera ser el fin del órgano de prensa. Muchos piensan que los nuevos jefes, recién llegados a la ciudad, no entienden la importancia para la población hispanohablante de la función informativa que, con sus altas y sus bajas, El Diario ha cumplido durante 101 años.
Esto ha hecho que muchas miradas estén sobre Juan Varela, un español que es el director de contenido de ImpreMedia y quien, según los que han trabajado con él, exuda arrogancia y no esconde su menosprecio por los periodistas de El Diario. Algunos empleados lo señalan como el responsable tanto de la confrontación con la unión como del rediseño del periódico lanzado una semana antes de los despidos.
"En una reunión Varela dijo que El Diario era un periódico del ghetto, pero que eso iba a cambiar", señaló Hernández. "Dijo que ya no era más un periódico puertorriqueño, dominicano ni mexicano, sino algo para gente más educada de Suramérica.
"Es una falta de respeto para la comunidad ", añadió Hernández, quien nació en Nueva York de padres puertorriqueños.
El 19 de junio el Newspaper Guild acusó a ImpreMedia ante la Junta Nacional de Relaciones del Trabajo (NLRB por sus siglas en inglés) de violar las leyes laborales federales al despedir a sus ocho afiliados en represalia por sus actividades sindicales.
"Ellos dicen que nos despidieron porque no tiene dinero, pero siguen contratando gente. ¿Cómo se explica eso?" preguntó Rosa Murphy, miembro de la unión y la primera despedida.
Una reportera con 13 años en El Diario y representante sindical de la parte editorial, Murphy fue durante varios años su editora digital. Ella hace claro que los problemas no tienen que ver con una supuesta resistencia al cambio de diseño que da prioridad a la parte digital sobre la edición impresa
"Todos le damos la bienvenida si es para mejorar el producto," dijo. "El problema es que la empresa tiene que respetar el contrato y respetarnos a nosotros".
Y como enfatiza Hernández, aún más importante es que respeten la misión que El Diario, algunas veces a tropezones, ha cumplido durante un siglo.
"Quieren salir de los periodistas veteranos que conocen nuestros barrios y nuestras comunidades, y sustituir el verdadero periodismo por un producto inferior," señaló Hernández. "Eso no es lo que los lectores quieren y no es lo que la comunidad hispanohablante necesita".
Una llamada a Valera no obtuvo respuesta
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