Hora de frenar al representante King
Hace unos meses, durante una entrevista en un programa de radio conservador, en el Valle Central de California, el locutor me preguntó qué podían hacer los republicanos para extender lazos hacia los electores hispanos.
Creo que temía que yo propusiera algo radical, como por ejemplo, que el Partido Republicano aprobara las fronteras abiertas o propusiera una amnistía masiva para los que se estima que son 11 millones de inmigrantes ilegales en Estados Unidos.
Nada tan ambicioso.
"Comiencen con esto," dije. "Deben condenar enérgicamente a los legisladores republicanos como el representante Steve King de Iowa la próxima vez que diga algo estúpido, despreciable o racista".
Y ¿saben? Ésta es la próxima vez.
Ese día había estado pensando sobre los comentarios de King en la Cámara, en julio de 2006, sobre cómo debemos colocar un cable eléctrico en la frontera mexicano-americana porque, en el campo, "hacemos eso con el ganado todo el tiempo". Sabía también que King está a favor de limitar la inmigración legal, y que le gusta utilizar el insultante término "bebés ancla" para describir a los niños nacidos en Estados Unidos, de inmigrantes ilegales.
Lo que el difunto George Wallace representaba para los afroamericanos, es lo que King representa para los hispanos. El congresista o bien es un racista o sólo un oportunista que hace demagogia con los racistas. Escojan lo que quieran. De cualquier forma, parece que a King no le gustan los hispanos, y estoy seguro de que el sentimiento es totalmente mutuo.
Ahora King ha llegado a un punto en que los líderes de su propio partido están intentando distanciarse del legislador de Iowa. No han sido suficientemente duros con él, en mi opinión. Pero han sido más críticos de lo que lo fueron anteriormente.
Con los republicanos listos para presentar su propia versión de la Ley DREAM para permitir que los jóvenes indocumentados que fueron traídos a Estados Unidos por sus padres logren un camino a la ciudadanía, King recientemente sugirió que - contrariamente a la imagen popular de estudiantes indocumentados que estudian mucho y se convierte en los primeros de la clase- es mucho más corriente que los jóvenes inmigrantes ilegales de México entren al país como camellos para los traficantes de drogas.
Específicamente, King expresó lo siguiente en una entrevista con la organización mediática conservadora Newsmax:
"Por cada uno que es el primero de la clase, hay otros cientos por ahí que - pesan 130 libras y tienen pantorrillas del tamaño de melones porque llevan 75 libras de marihuana cruzando el desierto."
Esos extraños comentarios llamaron la atención del presidente de la Cámara, John Boehner, quien emitió un comunicado diciendo: "Puede haber desacuerdos honestos sobre políticas a seguir sin utilizar un lenguaje de odio".
¿Y respondió King? Sí, lo hizo -siendo aún más odioso. Durante otra entrevista en un programa de radio de Iowa, insistió.
"No es algo que yo esté inventando," dijo King al locutor. "Es real. Tenemos gente que son camellos, camellos de drogas, que están cargando drogas por la frontera y se reconoce por sus características físicas que lo han estado haciendo durante meses, atravesando el desierto con 75 libras de drogas en su espalda. Y si los que abogan por la Ley DREAM, si los que escogen caracterizar eso como primeros de la clase, les doy esta imagen diferente en la que debemos pensar, porque no podemos estar aprobando simplemente legislación mirando sólo a un componente de lo que serían millones de personas".
Boehner contraatacó en su conferencia de prensa semanal, identificando a King por su nombre y diciendo que los comentarios del legislador son "profundamente insultantes e incorrectos". También señaló que ese tipo de comentarios son los que impiden que se logre una reforma migratoria. ¿Les parece?
Aplaudo a Boehner por sus comentarios, pero deberían haber sido más enérgicos. Es necesario imponer algún castigo. Es hora de que el Partido Republicano haga que este tipo de renegado rinda cuentas. De lo contrario, los buenos legisladores sólo permiten las acciones de los malos. Y así les hacen el juego a los demócratas, que pueden continuar dando por sentado el apoyo de los hispanos.
Por su parte. King no parece comprender lo que está haciendo mal. Piensa que sus críticos son demasiado sensibles.
"Basta ya de que todo el mundo se sienta ofendido hoy en día," dijo King en el programa radial. "Aparentemente no tienen que usar su cerebro."
¿Quiere que usemos nuestro cerebro? Empiece a hacerlo usted, congresista.
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