¿Quiénes evitan que se alivie el desempleo?
No hay
voluntad política para hacer algo con respecto a la situación. Lejos de estar dispuestos
para invertir más en la creación de empleos, ambos partidos políticos coinciden
en que es hora de abatir el gasto -destruyendo empleos en el proceso.
La
Reserva Federal tampoco está saliendo al rescate. El martes de esta semana, el
presidente de la Fed, Ben Bernanke, reconoció lo sombrío del cuadro económico pero
dio indicaciones de que no hará nada al respecto.
Además,
el alivio de las deudas para propietarios de casas - lo cual podría haber
logrado mucho por impulsar una recuperación económica en general -
sencillamente ha desaparecido de la agenda.
La situación
es similar en Europa pero se puede argüir, incluso peor.
¿Qué
hay detrás de esta parálisis en la estrategia trasatlántica? Cada vez estoy más
convencido de que es una respuesta a la presión de grupos de intereses.
Conscientemente o no, los legisladores están atendiendo casi exclusivamente a
los intereses de los rentistas - aquellos que derivan abundantes ingresos de
inversiones, quienes prestaban grandes sumas de dinero en el pasado, a menudo
de manera imprudente, pero que ahora están siendo protegidos de pérdidas a expensas
de los demás.
Por
supuesto, esa no es la forma en que expone su argumento la que yo llamo "Junta
del Dolor". Más bien, el argumento en contra de ayudarles a los desempleados se
pinta como riesgo económico: Si se hace cualquier cosa por crear empleos, las
tasas de intereses se dispararán y estallará una inflación descontrolada. Sin
embargo, estos riesgos siguen sin materializarse. Las tasas de interés siguen
cerca de niveles históricamente bajos, al tiempo que la inflación sigue siendo
baja, fuera del precio del petróleo.
El
gasto en el déficit podría poner a trabajar a los desempleados -pero eso
pudiera menoscabar los intereses de tenedores de bonos existentes.
Una
acción más determinada de la Fed podría contribuir a sacarnos de este bache -
de hecho, incluso economistas republicanos han argumentado que un poco de
inflación pudiera ser exactamente lo que el médico ordenó - pero la deflación,
no la inflación, sirve a los intereses de acreedores. Y por supuesto, prevalece
una feroz oposición a cualquier cosa que huela como alivio a la deuda.
¿Quiénes
son estos acreedores? No son los esforzados y frugales propietarios de pequeños
negocios y trabajadores. La realidad es que tanto pequeños negocios como
trabajadores son dañados mucho más por la débil economía de lo que serían por
una modesta inflación que contribuya a promover la recuperación.
No, los
únicos beneficiarios reales de las políticas de la Junta del Dolor (aparte del
gobierno chino) son los rentistas: banqueros e individuos ricos con muchísimos
bonos en sus portafolios de inversiones.
Y eso
explica por qué los intereses de acreedores son tan grandes en la estrategia;
esta clase no solo es la que hace grandes contribuciones de campaña, es la clase
que tiene acceso personal a quienes definen las estrategias; muchos de los
cuales van a trabajar para esta gente cuando salen del gobierno. El proceso de
influencia no tiene que involucrar la corrupción burda (aunque eso también
ocurre). Todo lo que hace falta es la tendencia de asumir que lo que es bueno
para la gente con la que suelen juntarse, gente que impresiona en reuniones -
caramba, son ricos, inteligentes, y tienen magníficos sastres - debe ser bueno
para la economía en general.
Sin
embargo, la realidad es justamente la opuesta: las políticas enfocadas en
favorecer a los acreedores están paralizando a la economía.
El
intento por brindarle protección a los rentistas de cualquier pérdida está
infligiendo pérdidas mucho mayores a todos los demás. Y la única forma de
obtener una verdadera recuperación es dejar de jugar ese juego.
© 2011
The New York Times News Service
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