Ancianos, armas y dinero
Ahora
bien, quizá ustedes recuerden que las personas que firmaron esa carta
obtuvieron sus empleos actuales participando mayormente en sus propias tácticas
de miedo sobre Medicare. Además, tengan en mente que lo que están diciendo los Demócratas
ahora es enteramente cierto, en tanto que lo dicho por los Republicanos el año
pasado era totalmente falso. ¡Paneles de la muerte!
Bien,
es hora, decían los firmantes, de un "borrón y cuenta nueva". Qué conveniente.
y qué patético.
De
cualquier forma, la verdad es que los estadounidenses de edad avanzada
realmente deberían temer a las ideas presupuestarias de los Republicanos, y no
solo debido a ese plan para desmantelar el Medicare. Dadas las realidades del
presupuesto federal, un partido que insiste en que los aumentos de impuestos de
cualquier tipo están fuera de cualquier consideración – como dice John Boehner
que lo están, el presidente de la Cámara Baja – es, necesariamente, un partido
que exige salvajes recortes a programas que sirven a estadounidenses mayores.
Para
explicar la razón, permítanme responder una pregunta retórica formulada por el
profesor John Taylor de la Universidad de Stanford en un reciente artículo de
opinión, publicado en el Wall Street Journal. Peguntaba: "Si dependencias y programas
gubernamentales funcionaban con 19 a 20% del PIB en 2007 – esto es, justo antes
de la Gran Recesión-, ¿por qué es tan difícil que funcionen con ese porcentaje
en 2021?"
Taylor
pensaba que estaba exponiendo el argumento para no incrementar el gasto. Sin
embargo, si sabes algo del presupuesto federal, sabes que hay una muy buena
respuesta a su pregunta; una respuesta que demuestra claramente cuán extremista
es realmente esa promesa de no aumentar impuestos. Esto porque aquí está el resumen
rápido y sucio de lo que hace el gobierno federal: es una gigantesca empresa
aseguradora, que sirve principalmente a personas de edad avanzada, que cuenta
también con un ejército.
La gran
mayoría del gasto federal que no se relaciona con la defensa o intereses sobre
la deuda va al Seguro Social, Medicare y Medicaid. Los primeros dos programas
dan servicio específicamente a gente de la tercera edad. Y si bien Medicaid a
menudo es visto como un programa de pobreza, en últimas fechas se relaciona en
mayor medida con el suministro de cuidado de enfermería, ya que aproximadamente
dos terceras partes de su presupuesto se destinan actualmente a gente de edad
avanzada y/o discapacitada. Con base en mi cálculo aproximo, en el 2007, la gente
de la tercera edad representó, de una u otra forma, aproximadamente la mitad
del gasto federal.
Y en
caso que no lo hayan notado, pronto habrá muchas más personas de edad avanzada,
ya que la generación de la Posguerra ya empezó a llegar a la edad del retiro.
Aquí
están los números: En 2007, había 20.9 estadounidense de 65 años en adelante
por cada 100 estadounidenses ente los 20 y 64 años de edad; esto es, la gente
de edad normal en términos laborales que, esencialmente, suministra la base
fiscal que sostiene el gasto federal. La Administración del Seguro Social prevé
que esa cifra aumente a 27.5 para el año 2020, así como a 31.7 para el 2025.
Eso equivale a mucha más gente dependiente de programas federales de seguro
social.
La
demografía tampoco cuenta toda la historia. En el largo plazo, el presupuesto
destinado al cuidado de salud ha crecido más rápidamente de manera consistente
que la economía, elevando los costos del Medicare y Medicaid como porcentaje
del producto interno bruto. Medidas enfocadas a controlar costos – el mismo
tipo de medidas que los Republicanos satanizaron el año pasado, con sus
alaridos de paneles de la muerte – pueden contribuir a desacelerar ese aumento,
pero muy pocos expertos creen que podamos evitar una parte del "crecimiento de
costo excesivo" a lo largo de la década siguiente.
En
medio de una población que envejece y crecientes costos de salud, entonces la
conservación de cualquier cosa como los programas para gente de la tercera edad
que tenemos actualmente requerirá de un considerable aumento sobre estos programas como
un porcentaje del PIB. Y a menos que compensemos ese aumento con drásticas
reducciones al presupuesto de la Defensa – a lo cual, no hace falta decirlo, se
oponen los Republicanos-, esto equivale a un aumento sustancial en el gasto en
general, lo cual podemos solventar solamente su suben los impuestos.
Así que
cuando personas como Boehner rechazan de plano cualquier aumento de impuestos,
están declarando, en efecto, que ellos no preservarán programas que benefician
a estadounidenses de edad avanzada de cualquier manera como su forma actual.
Sencillamente es una cuestión de aritmética.
Lo cual
me lleva de nuevo a esos novicios Republicanos.
El año
pasado, electores de edad avanzada, quienes dividieron su voto casi en el mismo
porcentaje entre ambos partidos políticos en 2008, dieron un giro abrumador
hacia el Partido Republicano (GOP), ya que los Republicanos posaron
exitosamente como los defensores del programa Medicare. Ahora, los Demócratas
están destacando que el GOP, lejos de montar una defensa por el Medicare, de
hecho están intentando desmantelar el programa. Así que pueden ver por qué
están nerviosos esos novicios Republicanos.
Sin
embargo, los Demócratas no están participando en tácticas de miedo, están
diciendo meramente la verdad. Dejando de lado los detalles estratégicos, la
rígida posición del Partido Republicano en contra de los impuestos también lo
convierte, necesariamente, en el enemigo de programas orientados a la tercera
edad que representan buena parte del gasto federal. Y eso es algo que los
electores estadounidenses deberían saber.
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