Shenandoah, se repite la historia
Ahora que han pasado tres juicios, este es el escabroso caso de Shenandoah en pocas palabras, el cual incluye el veredicto de enero 27 contra tres policías acusados de obstrucción, de los cuales uno fue absuelto, otro enfrenta hasta 5 años de cárcel por mentir al FBI, mientras que el que fuera jefe de la Policía de Shenandoah, podría enfrentar hasta 20 años de cárcel por "falso reporte":
Al menos cuatro jóvenes de este pueblo de Pensilvania a dos horas de Filadelfia golpean y gritan insultos raciales a Luis Ramírez Zavala, de 25 años, el 12 de julio del 2008. La Policía entra en acción, pero no necesariamente para proteger al inmigrante mexicano, quien muere dos días después del ataque, sino —según la Fiscalía federal y testigos— para encubrir el caso, reunirse con padres de los asaltantes, alertar sobre evidencia para desaparecerla, y tramar una versión de los hechos.
Un año después, en el 2009, se realiza el primer juicio contra solo dos de los jóvenes, Brandon Piekarsky y Derrick Donchak, quienes resultan absueltos de los casos más graves en una corte del condado Schuylkill.
Ante la indignación por dicha absolución, en octubre del 2010 ambos enfrentan juicio federal por crimen de odio, y son declarados culpables.
Mientras ambos estudiantes esperan sentencia para este 23 de febrero, que puede incluir cadena perpetua, este jueves 27 de enero Matthew Nestor, exjefe policial de Shenandoah, y uno de sus subordinados, William Moyer, fueron hallados culpables de "falso reporte" y "mentirle al FBI", respectivamente, mientras que Jason Hayes fue absuelto de todos los cargos. Nestor es quien puede enfrentar una sentencia mayor, de hasta 20 años, mientras que Moyer, de 5 años.
El juicio federal de más de dos semanas evidenció la cercanía de la madre de Piekarsky con Hayes y Nestor. Los tres fueron de vacaciones juntos en una ocasión, según documentos de la corte, y Hayes es ahora el prometido de la madre del inculpado. Para el momento del ataque, eran novios.
En los juicios de Shenandoah declararon los otros dos jóvenes que participaron en la golpiza, Colin J. Walsh y Lawson Scully, quienes negociaron con la Fiscalía rebajas de pena.
Entre tanto, otro caso independiente, la muerte del boricua David Vega en el 2004 en una celda en Shenandoah, tiene a Nestor y a otros policías de Shenandoah pendientes de un juicio en junio próximo.
Así, en el balance de más de dos años del caso Ramírez de Shenandoah —un muerto, tres juicios, dos estudiantes encarcelados y dos policías que enfrentan tiempo en cárcel—, el sabor es amargo. Shenandoah es un ejemplo clásico de que en la fracasada política migratoria del país, agravada con la retórica de odio que la ha acompañado, nadie gana.
LEAVE A COMMENT:
Join the discussion! Leave a comment.