LIVE STREAMING

Ella dijo Sí

MORE IN THIS SECTION

Expectations for Change

Beyond the statistics

Celebrating Year-Round

Community Colleges

Changes in the political

SHARE THIS CONTENT:

  Pasaban los días y cada
vez eran menos los curiosos que rodeaban al profeta, y ni una sola persona
parecía dispuesta a cambiar de vida. 
El profeta no se inmutaba: seguía gritando en aquella soledad.  Alguien se acercó un día y le preguntó:
"¿Por qué sigues gritando? ¿No ves que nadie está dispuesto a cambiar?"  El profeta respondió: "Grito porque si
me callara, ellos me habrían cambiado a mí".

El mundo no cambiaría aunque todos los profetas se uniesen para gritar
juntos. Cambiar un país no es fácil; el país cambia cuando cambia cada
individuo. Uno a uno. Mejorar al país implica una larga tozudez y enorme
paciencia: los verdaderos cambios nacen humildemente.

El caso de Doña Lala es espectacular. El marido, comerciante de ropa
del país, en una camioneta de pasajeros reconstruida transportaba la mercancía
que vendía a plazos en las colonias. Un día fue embestido por un conductor en
estado de ebriedad. Le ocasiona severas fracturas y destruye el motor de la
camioneta y parte de la carrocería. A simple vista la camioneta es inservible.
Pero no para Doña Lala. Ella no quiere pedir limosna y busca la manera de
utilizar el vehículo desahuciado. Debe dar atención médica al marido y sostener
cuatro hijos: dos chicos adolescentes y dos niñas.

Los vecinos remolcan la camioneta a un lote baldío, frente a un
edificio comercial. Los dueños del terreno, una pareja de ancianos, le permiten
a Doña Lala poner ahí un puesto con la condición de que todos los días les
lleve la comida. Doña Lala hace una tamalada, vende las llantas y otras piezas
de la camioneta y con el producto convierte en estanquillo lo que queda del
vehículo. Con la ayuda de los hijos pinta de rosa mexicano el 'estanquillo',
improvisa un toldo con un enorme sarape, convierte en mesa una puerta que le
estorba en el pasillo de su casa, cubre los desperfectos de la carrocería con
las frondosas macetas de su patio, e ilumina el lugar con lámparas de petróleo.
Así nació en plena crisis lo que hoy es un próspero restaurante.

El negocio de tacos y hamburguesas comenzó precariamente. Sin embargo,
los precios de Doña Lala eran módicos, y las hamburguesas las más sabrosas de
la región. Sus primeros clientes fueron los empleados del edificio a quienes
envió gratuitamente muestras de sus delicias culinarias. La limpieza del lugar,
lo original del diseño, y la enorme disponibilidad de atender a la clientela
lograron que ésta pronto creciera. Pudo rentar el terreno, convertir parte de él
en estacionamiento, y ampliar el negocio. Aún conserva el estanquillo original:
es uno de los sitios preferidos por los turistas para comer y tomar fotos.

Mientras convalecía, el marido tuvo la oportunidad de convivir más con
sus hijas; ayudarlas con la tarea. No se dedica ya al comercio de ropa: le ha
sacado gusto a las actividades del restaurante y con los hijos mayores se turna
para atender clientes y hacer compras: un lucrativo negocio familiar. Lo que
comenzó en tragedia tuvo un final feliz. No fue fácil vencer la adversidad. Los
esposos y los hijos tuvieron que hacer muchos cambios de actitud: el cambio de
roles, el cambio de horarios en las escuelas, nuevas obligaciones para todos,
incremento en el trabajo y menos tiempo libre.

No fue fácil para el esposo de Doña Lala el dedicarse durante su
convalecencia  a picar, lavar y
desinfectar lechuga, chile, tomate y cebolla mientras ella salía a hacer las
compras para el negocio. Pero asegura que si no hubiera sido por el optimismo e
iniciativa de su esposa, sus hijos hubieran tenido que pedir tacos en la calle.
Ahora la familia los hace para vender.

Doña Lala dijo sí a la vida, sí a los retos de los tiempos, sí al
trabajo en equipo. Ella nunca fue pesimista como los integrantes del G20, el
foro de países desarrollados que buscan reactivar la economía global. Doña Lala
puso en la mesa todo su esfuerzo, creatividad y espíritu de servicio mientras
mantenía el fuego de devoción por su familia. Los grandes cambios en el país se
dan con los cambios de actitud de su gente: una pizca de fe, unas gotas de
esperanza, y unos gramos de alegría. Todo lampreado con amor y buena voluntad.

  • LEAVE A COMMENT:

  • Join the discussion! Leave a comment.

  • or
  • REGISTER
  • to comment.
  • LEAVE A COMMENT:

  • Join the discussion! Leave a comment.

  • or
  • REGISTER
  • to comment.