Carta de un inmigrante al Republicano John Boehner
Acepte
por favor las felicitaciones venidas de un inmigrante por su victoria esta
semana. Creo hablar a nombre de
todos los inmigrantes cuando digo que me conmovieron sus lágrimas el Martes en
la noche cuando se enteró que usted, el hijo de un barman, se convertirá en
presidente de la Cámara de Representantes.
Fue un
gran momento americano –del tipo que atrajo a tantos de nosotros acá, que a punta de nuestros propios esfuerzos nos superamos para aportar algo mejor a nuestras familias, y
esperamos también a nuestro país –este país los Estados Unidos de Norteamérica.
Yo
mismo vine como hijo adoptivo de un padrastro americano, y él provenía de su
mismo estado: Ohio. Su familia
eran los Schumachers de Cincinnati, y la otra noche miraba fotos de cuando yo
tenía 8 años durante una visita a la finca de maíz de mi tío Ray que quedaba
fuera de la ciudad, cerca de la vieja fábrica de pianos Baldwin, en las riberas
del río Ohio. Digo "mí" tío Ray
porque nos aceptaron tanto a mí como a mí madre Colombiana como parte integral
de la familia, con la generosidad característica por lo que son famosos los
estadounidenses. Solo relatarlo
trae lágrimas a mis ojos.
Sin
embargo, hay algo que nos preocupa tanto a mí como a todos los inmigrantes, a
juzgar por los resultados de la elección.
Tiene que ver con su partido.
¿Por qué nos hacen sentir los Republicanos como si fuésemos enemigos,
como sin no fuéramos americanos, como que queremos arrebatarles a ustedes su país?
Muchos
Republicanos ven a la inmigración como una conspiración Demócrata para
registrar más votantes. Y sí, la
mayoría de grupos inmigrantes hoy, como los irlandeses y los italianos y otros
más antes que nosotros –tendemos a votar por los Demócratas, pero ello es
porque los Demócratas se esfuerzan más por acercase a nosotros.
La
ironía es que la mayoría de los inmigrantes son probablemente Republicanos por
naturaleza. La mayor parte
favorece valores sociales conservadores y de duro trabajo. Incluso aquellos de nosotros con poca
educación, como tantos Mexicanos y Centro Americanos son emprendedores. Creamos negocios más que los
estadounidenses por nacimiento, 70 por ciento más según el índice de la
Fundación Kauffman.
Mi
madre manejó su propio salón de belleza en Columbus Georgia dentro de un centro
comercial y en el traspatio de la casa hasta que finalmente se jubiló a la edad
de 83 años. Mi hermano es
propietario de un almacén de uniformes en Tallahassee Florida; simpatiza con el Tea Party y los dos
votan por los Republicanos.
Mi
hermana es una agente independiente de bienes raíces en Atlanta, y yo inicié mi
propia cadena de hoy extintos periódicos en español en Texas. Soy el único empresario fracasado de mi
familia, lo cual dice algo de la habilidad de nosotros los periodistas para
poder juntar dinero para la nómina.
Pero mi hermana y yo hemos votado tanto por los Republicanos como por
los Demócratas.
Con
todo su partido está siendo erradicado del voto inmigrante. Usted perdió el Senado porque un
impresionante 90 por ciento del voto latino en Nevada se fue por Harry Reid, 86
por ciento en California votó por Barbara Boxer, y 81 por ciento votó por
Michael Bennet en Colorado según la encuestadora LatinoDecisions.
Y no se
engañe que el éxito de su segunda generación de candidatos. LatinoDecisions reportó que Marco Rubio
solo obtuvo 40 por ciento del voto latino no-cubano por el senador de
Florida. En dos elecciones por la
gobernación en contra de anglos, Susana Martinez solo obtuvo 38 por ciento del
voto latino en New Mexico y Brian Sandoval solo logró 15 por ciento en Nevada.
Nikki
Haley de Sout Carolina se sumó al Republicano Bobby Jindal en Louisiana como la
segunda gobernadora indo-americana, pero los asiáticos en general, y los
indo-americanos en particular, votan en su gran mayoría por los
Demócratas. Igual cosa sucede con
los inmigrantes caribeños y africanos.
Medite
sobre el frecuente lenguaje de odio que muchos Republicanos emplean en contra
de nosotros y las medidas que promueven, tal como la imposición de cuotas, restringiendo
los servicios gubernamentales y poniendo fin a la ciudadanía por nacimiento.
Una
carta enviada hace dos semanas por parte de siete senadores Republicanos al
Comité de lo Judicial requería un informe al Departamento de Seguridad
Doméstica sobre cuánto dinero necesitaría para deportar a cada inmigrante
ilegal que encuentre el gobierno, una escalada peligrosa en la campaña en
contra de inmigrantes no autorizados.
Imagine
la tensión en las calles de toda América si usted inicia la masiva ruptura y
deportación de familias, nuestras familias y amistades.
Por
ello le ruego señor Boehner, no solo por el interés particular del partido,
pero en el interés de la paz nacional, que usted procure que su partido baje el
tono de su retórica. Así es, la
ilegalidad tiene que terminar, y un nuevo sistema de cumplimiento debe
implementarse. Le toca ahora a
usted contribuir a integrar constructivamente incluso a los inmigrantes
ilegales hoy aquí de una manera tal que beneficie de la mejor manera a nuestro
gran país.
( c )
Washington Post Writers Group -
Traducción AL DIA NEWS
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